martes, 7 de enero de 2014

Educación y Enseñanza de la Historia e Historia del Arte por Armando González Segovia




Educación y Enseñanza de la Historia e Historia Del Arte

Armando González Segovia

(V Seminario Nacional en Historia de la Educación y la Pedagogía
Simposio Internacional: Movimientos estudiantiles y Reforma Universitaria.
Universidad Pedagógica Experimental Libertador
Instituto Pedagógico de Barquisimeto.
Barquisimeto, Venezuela, 12 al 14 de Noviembre de 2008
Historia de las Prácticas Educativas y saberes pedagógicos)

Resumen
Se somete a consideración una propuesta de investigación enseñanza de la historia que esté acorde con los principios de Historia Militante y Disidente que asume una posición crítica con respecto a las formas de enseñanzas tradicionales, en el entendido que la educación es la principal vía de creación de una conciencia crítica o pasiva, siendo la enseñanza de historia y por supuesto los docentes de esta cátedra, los encargados de divulgar las investigaciones y los avances que se consigan en esta disciplina, y por supuesto quienes pueden hacer que se cambie las perspectivas que hasta ahora se percibe de ella, como tediosa y cansona; la historia no lo es, aunque muchas veces los docentes asumimos ese rol que ha brindado esta percepción. Asumir los principios de la Construcción socio-histórica y cultural de la mente, y la Zona de Desarrollo Próximo, de Lev S. Vigotski, en cuanto considera que la psicología individual es manifestación de la sociedad donde los individuos se forman. El decanato de Humanidades y arte de la Universidad Lisandro Alvarado, pudiera servir de espacio para generar diversas discusiones y generar propuestas en cuanto a la enseñanza de la historia del arte, que tiendan a enriquecer las perspectivas que hasta ahora se tienen, intentando una búsqueda creativa donde se conjuguen la investigación militante, discusiones grupales e individuales y talleres de arte. En todo caso, se trata de realizar una búsqueda creativa hacia la enseñanza de la historia en general y la historia del arte en particular.

Palabras Clave: Historia militante y disidente, historia del arte, construcción socio-histórica y cultural de la mente, zona de desarrollo próximo, lucha de clases, explotación.  



I
Educación y Enseñanza de la Historia

Quienes nos dedicamos a la enseñanza, y en especial a las ciencias sociales, tenemos en ello un función esencial. Por desconcertados que nos sintamos, sabemos que nuestra obligación es ayudar a que se mantenga viva la capacidad de nuestras generaciones para razonar, preguntar y criticar, mientras que, entre todos, reconstruimos los programas para una nueva esperanza…
Josep Fontana

Asumir la construcción de una historia diferente, basado en los principios de la Historia Militante y Disidente que refería Federico Brito Figueroa[1] implica, asimismo, abordar nuevos parámetros de educación, ya que éste es el medio por el cual se forma la conciencia histórica crítica o repetitiva, alienante. Al igual que en la historia no existe educación neutra, distante de la sociedad donde se concibe, lo que constituye una predisposición política para el sostenimiento del Estado y la formación de la conciencia que le es inherente. El problema se formula en los siguientes términos ¿Cómo abordar el proyecto del futuro del siglo XXI en la visión de la historia? ¿Debe asumirse la misma concepción de orden y progreso, esgrimida por el capitalismo a través de la ilustración primero y el positivismo después?
La sistema educativo es la vía del Estado para establecer los valores sociales de la nacionalidad, la conciencia histórica y la principios de la cultura los cuales juntos componen la psicología colectiva. Es a través de la educación que se concretan en el inconciente colectivo. Aunque es conveniente aclarar que la educación por sí sola no modela una nación, contribuyendo sustancialmente al mantenimiento del proyecto político que lo sustenta, ya que es formador de nuevas conciencias y mentalidades que el Estado busca crear.
De allí que el trabajo del educador sea tan importante como el “historiador profesional”, “desde el radio de acción social de la historia, resulta más importante los profesores de educación primaria y secundaria que los investigadores profesionales”,[2] si se toma esta cátedra para formar inteligencias, porque el uso público de la historia comienza con la educación, recibida a través de unos códigos determinados:
fruto de una larga labor de colonización intelectual desde el poder, que es quien ha decidido cual es nuestro pasado, porque necesita con ello que compartamos su definición de identidad del grupo del que formamos parte, y que no tiene inconveniente en controlar y censurar los textos y los programas cuando le conviene. Porque la historia es demasiado importante para dejarlo sin vigilancia”.[3]

De esta forma se percibe como quien controla el presente, construye unos valores del pasado, para hacer un futuro a su medida, convirtiendo la historia como una peligros arma, ya sea para justificar o no las sociedades existentes, para develar o no las diversas formas de opresión y sometimiento a las mayorías. Por supuesto quien aporta los recursos económicos condiciona el producto a una determinada tendencia.
La educación es la forma de divulgar los conocimientos elaborados en determinada orientación, cuando se trabaja en función de hacer conciencia crítica, la historia se convierte en memoria pública, en conciencia colectiva. Así ha servido para justificar el racismo, la xenofobia, a diversos grupos étnicos, como: negros, indígenas, asiáticos o judíos, entre otros, a nombre de la seguridad y defensa de la patria.
La función del historiador, en cuanto ser crítico es desmentir las falsas promesas liberales, neoliberales, los discursos globalizadotes de hoy, así como los positivistas esgrimía el desarrollo y el progreso como recetas para superar la pobreza.
Para esto se debe cambiar los contenidos, así como las formas de enseñar, hasta llegar a ejercitar algo más que la memorización, hasta llegar el esfuerzo por comprender los mecanismos como se articulan los diversos factores, las relaciones existentes, más allá de la dinámica causa-efecto, percibida mecánicamente, que se a trillado tradicionalmente y alejándose de la propuesta cronológica, y anecdótica aislada. Asimismo debe buscarse las relaciones con el presente y con el pasado del hecho o proceso estudiado, estableciendo que halla entre ese pasado y el presente, aquello que Bloch refería como unir el estudio de los vivos con el de los muertos, pudiéndose recurrir al método retrospectivo y a la comparación, esto es partiendo del presente hasta el pasado, para generar la capacidad de razonar, preguntar y criticar, de los estudiantes.
Recuerda el maestro Paulo Freire que “la lectura del mundo precede a la lectura de la palabra”,[4] es por ello que los estudiantes al percibir críticamente lo actual, aquellos aportes positivos, así como lo negativo y más aun lo que se trata de ocultar bajo formas sublimes de imposición puede comprender a un a lectura crítica de la palabra que asimismo un estado nacional quiere imponerle. La lectura de la historia no puede prescindir de la lectura del mundo que se tenga y de la lectura de las prescripciones pasadas, por eso encontramos en el texto los elementos que vinculan la creación con el conocimiento previo que poseemos de lo leído. Comprender el texto implica aprehender y sistematizar el con-texto.
Don Simón Rodríguez afirmaba que había que era necesario “Enseñar los niños a ser preguntones para que, pidiendo el Por que, de lo que se les mande a hacer, se acostumbren a obedecer... a la razón! no a la autoridad, como los limitados ni a la costumbre, como los estúpidos[5], es decir la epistemología de la pregunta, para que se pueda avanzar hacia otros niveles con base clara, lo cual implica asimismo la investigación que permita la concreción de nuevas bases, tanto teóricas como metodológicas, diversificando las fuentes y abracado la mayor cantidad posible: bibliográficas, hemerográficas, iconongráficas, cartográficas, documentales (publicadas e inéditas), arqueológicas, arquitectónicas culturales, entre otras, pero buscando la percepción de totalidad, más allá de cualquier visión fragmentaria, unicausal, unilineal o unidireccional.
Esta actitud ante la crítica, en cuanto arma necesaria para una sociedad más justa, debe promoverse en la escuela, de manera que los niños desarrollen esta cualidad, para ello aconseja la epistemología de la pregunta, donde lo fundamental es el por qué de las cosas obedezcan a la razón, todavía es una vigente y lapidaria afirmación.
De allí que sea importante la comprensión de la construcción socio histórica de la mente de Lev S. Vigotski[6], quien partía que la psicología era producto del desarrollo de las fuerzas productivas, manifestadas en la conciencia social e histórica que proporcionaba determinadas manifestaciones culturales, donde las adaptaciones realizadas por las personas no se ajustan a los principios seguidos por los animales, porque están determinadas en un contexto social. Los niños y niñas asimilan tanto la experiencia social como las formas y procedimientos culturales, es un sujeto contextualizado y no un individuo epistémico, universal, donde el ser humano es sujeto de los culturasles en lugar se los naturales o hereditarios. Vigotski plantea la existencia de una edad cultural, junto a las edades fisiológicas e intelectuales, supone el autor que e este proceso está la base cultural del niño y del perfeccionamiento cultural de sus funciones.[7]
El texto determina la clara posición de Vigotski, donde se fusionan los procesos biológico y cultural, determinando el condicionamiento del desarrollo orgánico por el  medio cultural, convirtiéndose, de esa manera, en un proceso biológico históricamente condicionado, donde “el desarrollo cultural adquiere un carácter completamente peculiar e incomparable por cuanto se realiza simultánea y fusionadamente con la maduración biológica”, ya que estos “procedimientos culturales de comportamiento no surgen simplemente como hábito externo; sino que se convierten en una parte inseparable de la propia personalidad, enraizando en ella nuevas relaciones y organizándolas de una manera completamente diferente”,[8] el autor considera que las formas culturales de comportamiento son reacciones de la personalidad y que al estudiarlas no se tratan procesos aislados tomados in abstracto, que se despliegan en la persona, sino con la personalidad superior, porque siguiendo el desarrollo cultural de las funciones síquicas, se pueden delinear el camino de la personalidad del niño.
En este proceso de transmisión de experiencias, el lenguaje es el instrumento mediador por excelencia el cual diferencia a los humanos de los animales, quienes asumen la conducta por herencia, imitación y exposiciones directas al ambiente.[9] El desarrollo cultural se basa en el empleo de signos y códigos, donde la función sicológica primaria de la palabra es una función social, como medio de dominio y control social “constituye el medio principal para dominar el comportamiento”, de allí que tras el poder de las palabras sobre las funciones síquicas, se encuentra el poder real del jefe y del subordinado, debiendo ubicarse las relaciones de las funciones síquicas con referencias a las relaciones reales entre las personas.
En el concepto de mente socio-históricamente determinada, la conciencia surge de la interacción entre hombre y mujeres, donde “la función mental se trasmite culturalmente a cada nuevo individuo cognoscente a través de una experiencia conjunta, compartida, en acciones de comunicación”. En este proceso los hechos sociales no solamente son el factor que más influye sobre el ser humano, sino que actúan como factores internos al individuo, intrínsecos a su naturaleza biológica, genética y social; donde el desarrollo humano proviene principalmente de la apropiación de las formas sociales e históricas de la cultura, construida en sociedad. Ese es el aporte sustancial que brinda la enseñanza de la historia en la formación de la psicología colectiva e individual de las sociedades, que siempre está bajo la tutela del Estado, quienes buscan la conformación de un pensamiento diferente, comprometido con las mayoría de explotadas generalmente intentan subvertir este orden establecido, comprendiendo los procesos desde la óptica de la totalidad.


II
El problema teórico y metodológico de la historia del arte[10]

Referir a la Historia del Arte, conlleva al estudio de dos disciplinas bien determinadas. Una la historia y otra el arte unidos por la contracción de y el artículo el, con la intencionalidad de estudiar cómo ha discurrido a través del tiempo lo que hoy se conoce como arte. Más, sin embargo, es necesario generar algunas preguntas que permitan clarificar el alcance de esta cátedra, visto desde la óptica de la Historia Militante y Disidente.
Antes que nada conviene definir ¿Qué es historia? Donde encontramos entre las acepciones de historia, primero en cuanto hecho ocurrido; segundo, como escrito o historiografía; tercero, como ciencia que estudia los acontecimientos sociales; y, cuarto, como cátedra de enseñanza en escuelas, liceos e instituciones de educación superior. En la primera acepción entendida como: sucesos o hecho pasado en un lugar y tiempo determinado[11], existe una sola historia la acepción de historia-hecho, entendida como  sucesos o acontecimiento pasado en un lugar y tiempo determinado.
Como hemos escrito en otras oportunidades “La acepción de historia-ciencia, es relativa a la investigación. Se divide en múltiples concepciones generadas en la mente de los historiadores y constituye un ejercicio intelectual donde se estudian las diferentes actividades creativas de los seres humanos de otros tiempos en un espacio geográfico determinado, integra de esta forma las variantes: tiempo y espacio, este es el significado en la acepción de historia-ciencia. Es una construcción teórica que apunta y sustenta una u otra posición política”.[12]
Lo primero es conjugar algunas de estas definiciones, esto es percibir el arte, a través de la historia como suceso, para ser estudiado desde la óptica de la ciencia, con una finalidad determinada y clara a estudiantes de la licenciatura en arte, en el sentido que nosotros entendemos, para lo cual se debe empezarse por entender los significados de lo que se quiere estudiar. 
La Real  Academia  Española de la Lengua,[13] en el Diccionario de la Lengua Española en la Vigésima segunda edición de 2001, establece nueve acepciones de arte, refiriendo que proviene del latín ars, artis y este calco del griego τχνη, techne o tekné que traduce técnica; lo cual resulta una imprecisión ya que es diferente decir que es un “calco” a que tiene un significado similar, y en realidad es un significado “equivalente”. Este desliz del lenguaje es aclarado cuando se compren de que arte proviene del latín ars, artis, la cual a su vez proviene del griego aïrin, cuyo significado es emprender, empezar a obra; en latín artus es miembro que se forma del griego arihon.[14]
En todo caso es una antigua palabra latina cuya data se estima del siglo IX a.C. mientras que para el griego ocupa desde fines del siglo XI al 27 a.C. Como se puede percibir la primitiva acepción de arte estaba vinculada a la acción de los miembros, de los órganos necesarios para la realización de una acción.
Por la polisemia que implica se cataloga como una palabra ambigua, de difícil exactitud. En el mismo diccionario académico, se reconocen los significados siguentes: 1. Virtud, disposición y habilidad para hacer algo; 2. Manifestación de la actividad humana mediante la cual se expresa una visión personal y desinteresada que interpreta lo real o imaginado con recursos plásticos, lingüísticos o sonoros; 3. Conjunto de preceptos y reglas necesarios para hacer bien algo; 4. Maña, astucia; 5. Disposición personal de alguien. Buen, mal arte; 6. Instrumento que sirve para pescar; 7. noria ( máquina para subir agua); 8. Libro que contiene los preceptos de la gramática latina. 9. Lógica, física y metafísica. Curso de artes.
La categorización de nuestro actual concepto de arte está vinculado al uso que desde que Charles Batteaux definió en 1746 las Bellas Artes,[15] originalmente utilizado para la danza, floricultura, escultura, música, pintura y poesía; añadiéndose luego la arquitectura y la elocuencia. Esta lista ha sufrido diversos cambios por autores que han quitado o colocado disciplinas según sus pareceres. Es en 1911 cuando Ricciotto Canudo califica al cine como “séptimo arte”.[16] Pero este concepto, ligado a un tiempo y una época determinada ¿Puede ser aplicado a todos los tiempos en todas las épocas por igual? Acaso esto ¿No constituye lo que se denomina como “anacronismo” en la historia? Es decir, lo que hoy para nosotros es arte: egipcio, griego, latino, visigodo e indígena entre otros, fueron en su tiempo y en la misma acepción de hoy el mismo significado de “arte”?
Esto ya es planteado en el programa de la Universidad de Bogotá “Jorge Tadeo Lozano”, cuando afirma que quizá hablar de arte “antes del surgimiento del Renacimiento resulta algo paradójico, ya que el concepto mismo sólo se desarrollará, con su connotación moderna y contemporánea, hasta este período”,[17] enfatizando que resulta “aún más paradójico para referirnos al surgimiento de las primeras manifestaciones humanas en el paleolítico y en el neolítico, al desarrollo de las primeras grandes culturas del oriente cercano y de Egipto y el mar Egeo, y al forjamiento de lo que habitualmente se llama la cultura clásica antigua griega y romana”. Esto se hace al pensar en la función que cumple para desplegar en el ser humano de sus dimensiones existenciales en el tiempo y en el espacio que vive.
En consecuencia ¿Pueden estudiarse bajo este mismo parámetro y una misma categorización? O acaso ¿deben buscarse formas alternativas de su estudio y comprensión?
Además se hace imprescindible conjugar estos elementos con otra de las acepciones de historia en cuanto cátedra de enseñanza, donde se conjugan elementos de las ciencias de la educción. Donde es importante suponer los actores del proceso: educador-educadora y educandos; los intereses de éstos y su formación; así como el mundo que le rodea, si partimos del principio que nos enseña Paulo Freire la relación y el esfuerzo que el  educador y el educando hacen para leer el mundo, donde debe considerarse las teorías para la enseñanza, así como los intereses de quienes van a estar en función de educandos, por cuanto, en el entendido que el acto de estudiar es una actitud frente al mundo que rompe las barreras de la relación libro-lector. Este acto, a su vez, implica la relación de los autores de los textos con el mundo y de su realidad concreta, donde “Estudiar es también y sobre todo pensar la práctica, y pensar la práctica es la mejor manera de pensar correctamente”.[18]
Es decir, se impone el reto de generar un proceso donde los estudiantes de arte, en el sentido que lo conocemos en la actualidad, puedan imponen una práctica que les permita de una parte comprender el arte a través del tiempo y, de otra, las formas utilitarias para su propia práctica de vida artística. Todo un reto para un educador e historiador. Asumir este compromiso implica la aplicación de dos teorías presentadas por Lev Semionovisk Vigotski, la primera denominada como Zona de Desarrollo Próximo, entendida como el área que la persona está potencialmente facultado para alcanzar según sus actitudes y habilidades y, la segunda, relativa a la Construcción socio-histórica y cultural de la mente, según la cual la psicología personal está condicionada por la sociedad donde el individuo crece, siendo la sociedad la que marca la psicología individual. Vigotski concebía los fenómenos psicológicos como el producto del desarrollo de las fuerzas productivas, manifestadas en la conciencia social e histórica que proporcionaba determinadas manifestaciones culturales, donde las adaptaciones realizadas por los seres humanos no se ajustan a los principios seguidos por los animales, porque están determinadas en un contexto social, donde el niño asimila  “no solo el contenido de la experiencia social, sino también los medios del pensamiento cultural, los procedimientos y las formas del comportamiento cultural”.[19]
Donde el arraigo en la civilización representa, por lo común, un proceso de maduración orgánica, tanto en el plano del desarrollo natural como el cultural, los cuales coinciden y se fusionan, estos cambios se penetran mutuamente y forman, en esencia, una serie unitaria en la formación sociobiológica de la personalidad, puesto que el desarrollo orgánico se realiza en un medio cultural, en esa medida se convierte en un proceso biológico históricamente condicionado. El desarrollo cultural adquiere un carácter completamente peculiar e incomparable realizado simultánea y fusionadamente con la maduración biológica.[20]
Para efectos de esta propuesta es necesario conjugar elementos de diversas disciplinas que integran esta cátedra donde se pueden conseguir diversos elementos creativos que pueden estimular las competencias necesarias para los cursantes de la licenciatura en arte de la Universidad Centroccidental “Lisandro Alvarado”, en el área del conocimiento relativo a historia del arte, constituida por tres cátedras, a saber: 1) Historia del arte antiguo y medieval; 2) Historia del arte moderno, contemporáneo y posmoderno y 3) Historia del arte en Venezuela.

Consideraciones finales

Primero: Es necesario establecer principios diferentes que permitan una propuesta diferente para quienes tienen buscan una visión crítica, de aquella Historia Militante y Disidente que refería Federico Brito Figueroa, que buscaba la comprensión de los procesos de la totalidad social.
Segundo: La historia es el vehículo mediante el cual se crea la conciencia colectiva a través de las prácticas docentes, por ello el Estado que rige estrictamente los contenido, estrategias, técnicas y métodos de enseñanza.
Tercero: Esto motiva que sea tan importante el trabajo del historiador “profesional”, como el del maestro que tiene en sus manos la tarea de multiplicar esos conocimientos, de hacerlos conciencia colectiva.
Cuarto: Es fundamental estudiar y comprender, por lo menos dos de las propuestas Vigotski, según la cual la psicología personal está condicionada por la sociedad donde el individuo o Construcción socio-histórica y cultural de la mente, y la Zona de Desarrollo Próximo, entendida como el área que la persona está potencialmente facultado para alcanzar según sus actitudes y habilidades para asimilarse y desarrollar su potencial intrínseco. 
Quinto: En el caso de la enseñanza de la historia del arte, en un decanato que apenas empieza, como el de la Universidad Lisandro Alvarado, deben generarse una discusión que posibilite nuevos enfoques en la enseñanza de la historia del arte, colocando en la óptica de la crítica lo actuado, tomando experiencias de otros decanatos o facultades donde se enseñe historia del arte y generar una propuesta acorde con el perfil que se requiere de los egresados.


[1] Brito Figueroa, Federico. Historia disidente y militante. Bogotá, Plaza & Janes editores, marzo 2000
[2] Fontana, Josep. ¿Para qué sirve la historia en un tiempo de crisis?. Bogotá (Colombia), Ediciones Pensamiento Crítico, 2003, p. 29.
[3] IBIDEM., p. 45.
[4] Freire, Paulo. La importancia del acto de leer. México, Siglo XXI (13º edición), 1999.
[5] Rodríguez, Simón. Obras Completas. Caracas, Universidad Simón Rodríguez/ Colección Dinámica y Siembra, 1975, T.  II., p. 27.
[6] Propuestas de la construcción sociohistórica de la mente de Lev Semiónovich Vigotski respecto al desarrollo psicológico determinado por las condiciones históricas, sociales y culturales más que por el fenómeno puramente biológico, será estudiada más adelante. Vigotski, Lev S. El Proceso de Formación de la Psicología Marxista: L. Vigotski, A. Leontiev, A. Luria. Moscú: Editorial Progreso, 1989; también se publicó: Vigtoski, Liev Semionovich. Obras escogidas. Barcelona, Editorial Visor, 2002, 5 tomos. Hicimos una aproximación al tema en: Armando González Segovia “Postmodernidad y otros conceptos en la enseñanza de la ciencia de la historia”, en: Memorias del VIII Simposio Internacional de Historia de los Llanos Colombo-Venezolanos. Villavicencio, Colombia, Academia de la Historia del Meta, 2003, pp. 147-160.
[7]El arraigo de un niño normal en la civilización representa, por lo común, un proceso de maduración orgánica. Ambos planos del desarrollo ¾el natural y el cultural¾ coinciden y se fusionan. Ambas series de cambios se penetran mutuamente y forman, en esencia, una serie unitaria en la formación sociobiológica de la personalidad del niño. Por cuanto el desarrollo orgánico se realiza en un medio cultural, en esa medida se convierte en un proceso biológico históricamente condicionado. Al propio tiempo, el desarrollo cultural adquiere un carácter completamente peculiar e incomparable por cuanto se realiza simultánea y fusionadamente con la maduración biológica, ya que su portador es el organismo del niño en crecimiento, en cambio, en maduración”, Vigotski, 1989, Ob. Cit., p. 80.
[8] IBIDEM., p. 94.
[9]Basta recordar también el lenguaje, que primeramente es medio de comunicación con los circundantes y sólo luego, en forma de lenguaje interno, medio del pensamiento, para que quede completamente clara la aplicabilidad de esta ley a la historia del desarrollo cultural del niño...”, IBIDEM., p. 136.
[10] Material para la discusión preparado con motivo del Concurso de Credenciales y Oposición del Decanato de Humanidades y arte de la UCLA, en octubre de 2008.
[11]...Para muchos, la materia de la historia es saber cualquier cosa pasada” mientras que para otros “Es el terreno de los hechos destacados” y en algunos casos a este conjunto se incluye “los grandes rasgos de la evolución humana” que ha “dependido sobre todo del resultado estadístico de los hechos anónimos”, véase: VILAR, Pierre. Iniciación al Vocabulario del Análisis Histórico. Barcelona, Editorial Crítica, Grupo editorial Grijalbo, 1981, p. 26.
[12] Aproximación a la historia disidente y militante. Conferencia de Clausura en “IX Simposio de Historia de los Llanos Colombo-Venezolanos”, Villavicencio- Colombia.
[13] Real  Academia  Española de la Lengua. Diccionario de la Lengua Española en la Vigésima segunda edición, 2001.
[14] MONLAU, Pedro Felipe. Diccionario etimológico de la Lengua Española. Madrid, Imprenta y estereotipa Rivadeneyra, p. 202, 202.
[15] Les Beaux-Arts réduits à un même principe,
[16] http://es.wikipedia.org/wiki/Arte, consultada septiembre 02 de 2008.
[18] FREIRE, Paulo. “Consideraciones en torno al acto de estudiar”; en: La importancia del Acto de Leer. México, Siglo XXI, 13 edición, 1999, p. 51.
[19] VIGOTSKI, L. S. “El Método Instrumental en Psicología”; en: El Proceso de Formación de la Psicología Marxista: L. Vigotski, A. Leontiev, A. Luria. Moscú: Editorial Progreso, 1989, pp. 80-86.
[20] Ibidem, p. 94.

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