martes, 27 de mayo de 2014

SI SE DAN UNA CORTA PARADA LES DAREMOS ALCANCE. CONSPIRACIONES E INSURGENTES EN EL APURE, 1921-1922 por Miqul Izard


SI SE DAN UNA CORTA PARADA LES DAREMOS ALCANCE.

CONSPIRACIONES E INSURGENTES EN EL APURE, 1921-1922*


Barcelona, Boletín americanista.
 Nº 35, 1985, pp. 29-65.

Venim del nord, venim del sud,
de terra endins, de mar enllà
i no creiem en les fronteres
si darrera hi ha un company.
Venim del nord, venim del sud,
de terra endins, de mar enllà
i no ens mena cap bandera
que no es digui Ilibertat.
Lluis Llach**
1. Gómez el castrador[1]
Una de las múltiples causas, y no determinante, de que se desencadenaran las guerras de la independencia, fueron los conflictos de intereses entre la oligarquía afincada en Caracas y los notables que controlaban las demás provincias desde el cabildo de cada capital. Es sobradamente sabido que ni en 1821, ni en 1830, se resolvió este enfrentamiento que fue un elemento más, pero no el principal, de la inestabilidad política republicana.
Pudo parecer que, tras unas nuevas guerras civiles, Guzmán Blanco sería capaz de aunar intereses y anudar el difícil pacto oligárquico; no lo consiguió, en parte porque todavía Venezuela no estaba engarzado plenamente en el mercado mundial manipulado desde Londres: comercializaba en el exterior una parte de sus bienes agropecuarios excedentarios, pero ninguno ocupaba un lugar destacado en el ranking mundial.
En parte por ello, repito, el período posterior a Guzmán fue tan inestable como el anterior, y a las múltiples revueltas políticas se añadían las insurgencias populares, que impedían poner en funcionamiento una democracia parlamentaria.
En 1909 Juan Vicente Gómez (en adelante JVG) alcanzó el poder traicionando a su compadre el general Castro. Intentó una vez más conseguir el difícil pacto oligárquico y realizó repetidos esfuerzos por incrementar el peso específico de Venezuela en el mercado atlántico, beneficiándose, además, de la rivalidad anglo-norteamericana en el Caribe, notablemente en evidencia desde 1898. Pero fracasaron las iniciativas del dictador en su segundo propósito (evidentemente, lo que contaba no eran los deseos de los países periféricos, sino los de los países capitalistas centrales); apoyó inútilmente una Compañía formada en Hamburgo, para poner en cultivo terrenos baldíos del norte del Estado Monagas valiéndose de “los colonos tropicales alemanes salidos de África” (desplazados del continente negro al final de la Gran Guerra) o no tuvo continuidad el intento de atraerse a la United Fruit Co.[2] Y el espejismo argentino, dada la supuesta riqueza ganadera del Llano, hizo que se soñara reiteradamente en organizar una explotación similar a la rioplatense.[3]
Contrariamente, fue espectacular el crecimiento de la producción petrolera a partir de la década de los veinte, cuando, dicho sea de paso, Gómez ya estaba consolidado en el poder. Y paradójicamente, a medida que Venezuela reforzaba su engarce en el mercado capitalista (fue durante bastante tiempo el primer exportador mundial de petróleo), a medida que iba convirtiéndose en una sociedad más dependiente por su crecimiento hacia afuera, el Benemérito iba aislando cada vez más a los venezolanos del exterior.[4]
La estratégica importancia de Venezuela para el mundo occidental a partir de este momento, implicó costosas obras de infraestructura y en especial, por “primera vez en la historia de Venezuela, una eficiente red de carreteras que permitiría el desplazamiento de gentes y productos pero también, y fue esencial, los movimientos de un modernizado ejército que haría posible, también por primera vez, el sometimiento de todos los pueblos a un estado centralista”. Para la construcción de estas obras públicas se utilizaron con harta frecuencia presos, y podía darse el caso de que algún subordinado, queriendo hacer méritos, detuviera personas, sin ni siquiera las excusas de rigor, para disponer de mano de obra gratuita en alguna empresa.
El modernizado ejército compuesto de una nutrida fuerza permanente, contó también con eficaz oficialidad de escuela y cuerpos especiales; además, los colaboradores del Benemérito le tenían constantemente informado de las novedades logísticas que tenían lugar en cualquier parte del mundo: adquirió aviones tan pronto como superaron la etapa experimental, recibió los últimos modelos de armas de fuego de repetición, en especial ametralladoras y estaba sumamente interesado en cualquier información sobre vehículos terrestres o artefactos de navegación fluvial.[5]
Gómez, para contrarrestar el riesgo que suponía para su gobierno personal un ejército tan considerable, sin ninguna originalidad, sólo suministraba parque a cuerpos concretos en situaciones particulares, teniendo constantemente en pie un considerable número de hombres adiestrados pero inofensivos.[6]
Tan eficaz como el ejército le resultó el telégrafo, que le permitía estar informado al instante de cualquier cosa que ocurriera en la República. Entre mayo y junio de 1921 –un muestreo bien primario– en Maracay o Caracas se recibieron telegramas de 134 estaciones, desde las cuales se mandaban, como mínimo, dos telegramas diarios con las iniciales nn df (ninguna novedad, Dios y Federación); desde los penales se transmitía parte diario sobre los presidiarios; desde Valencia o La Guaira comunicaban, cada vez que salía un tren, el nombre de todos los pasajeros; desde los puertos, a la llegada de cada nave, remitían los datos de quienes desembarcaban o embarcaban, pero también de quienes se quedaban a bordo sin bajar a tierra; uno de sus hijos, Manuel, que le regentaba un hato en Güigüe, le enviaba diariamente un telegrama con las menores informaciones, la muerte de una res pongo por caso. Naturalmente existió un rigurosísimo control sobre este sistema de comunicaciones: el 22 de mayo de 1922, T. Uribe significaba a Urdaneta (en adelante U), el secretario de Gómez, que sobre la batalla de San Fernando (de la que hablaré al final de este artículo) llegaron dos T casi idénticos, para JVG y para el ministro de Guerra y Marina, y preguntaba: “sírvase decirme si le doy curso al segundo”.
Gómez podía estar informado instantáneamente de cualquier revuelta y cursar las órdenes oportunas; y por el cariz del servicio se utilizaban a menudo claves, de las que hay buenas pruebas en Miraflores, y dada la vulnerabilidad del sistema, JVG se interesó bien pronto por las posibilidades de la telegrafía inalámbrica.
El Benemérito no contaba solamente con la información, sino también con la delación y el espionaje, a través de una tupida red de correveidiles en la República y en el exterior, papel que, en este último, normalmente desempeñaron cónsules y embajadores. El administrador de correos de Maracaibo le comunicaba, 3 de enero de 1922, que abría toda la correspondencia y que para no hacerlo ante los empleados, se la llevaba a la habitación del hotel y la distribuía al día siguiente.[7]
El abanico de los considerados por Gómez como enemigos de su orden era muy amplio, iba desde los tenidos por opositores políticos hasta los calificados de criminales o ladrones, aunque sólo lo fueran por haber sustraído un cambur en un mercado. Para imponer su programa de “paz, unión y trabajo” prohibió cualquier tipo de asociación política, social o laboral y acosaba a cuantos veía como entorpecedores de su plan. Unos pocos, afortunados, eran asesinados, los más eran condenados a largas agonías en las cárceles (la Rotunda de Caracas fue la más conocida), en los presidios esparcidos por toda la República, o los campos de trabajos forzados. El trato que recibían los presidiarios alcanzaba cotas de sadismo insospechables y con frecuencia se les mezcló con enfermos incurables, de lepra, malaria o paludismo, para que les contagiaran.[8]
Gómez no sólo impuso un terror rayano en el paroxismo, sino que provocó también servilismo y adulación hasta tal extremo que sólo los que lograban exiliarse podían librarse de un sistema embrutecedor del que era imposible escapar. Es impresionante el número de cartas que JVG recibió acusando a cualquiera de la más pequeña tontería o rumor o ensalzándole.
De nuevo me limitaré a citar algunos casos, bien poco ejemplares por cierto, dentro de una información que, repito, es abrumadora. El presbítero Chirivella, vicario de Guanare, T a JVG, 3-5- 1921, para manifestarle el “unánime regocijo de los vecinos de estas comarcas llaneras” por el inicio del trazado de la carretera occidental hacia Ospino, en la que trabajaban cien presos, obra que consideraba “grande en doble concepto, en primer lugar por proporcionar a estos hombres, inclinados hasta ayer al pillaje, campo de regeneración moral en las prácticas salvadoras con que el trabajo alienta, regenera y vivifica, y en segundo lugar, porque unirá en no lejanos días a los pueblos en un solo abrazo, para que entren de lleno aherrojados al carro victorioso de la Rehabilitación Nacional en íntimo enlace con la civilización de nuestra época”. Añadía que algunos le criticarían, pero debía estar satisfecho ya que a su lado “milita compacto y unánime todo el pueblo venezolano que sabe de los tesoneros esfuerzos de Usted para levantar a nuestra Patria a la altura de sus proezas históricas”; finalizaba el vicario haciéndole saber que elevaba votos “a la divina Providencia por la conservación de su existencia en lo que está íntimamente vinculada la fortaleza, el crédito, el engrandecimiento y el vigor de nuestra Patria”.
Dos días más tarde, en T desde Calabozo le transmitían otro, fechado en Altagracia, de Vicente Arévalo Cedeño (hermano de Emilio, del que me ocupo detenidamente en este artículo) del que no quería saber nada, y añadía: “Creo oportuno ratificar a Usted mis sentimientos, siempre y en todo momento favorables a la causa de paz”. De un año más tarde (22-5-22) era una carta de T. M. Arriaga, pariente de Arriaga Perdomo, que deseaba “presentarle mi leal y enérgica protesta contra la mal fundada intentona de la horda de bandoleros que medran todavía por Apure y que no se convencen aún del bienestar y la paz que disfruta la República implantada honradamente por Usted”. Calificaba de traidores a los insurgentes y protestaba “contra semejantes absurdos, propios de seres ingratos y cerebros desequilibrados”.
Naturalmente, también es impresionante el número de delaciones, alguna insignificante, que se dirigían personalmente a JVG. Alguien de firma ilegible le escribió desde Caracas (22-5-22), diciéndole que en la retreta de la noche anterior escuchó decir a unas personas que el embajador norteamericano pensaba reunir a todo el cuerpo diplomático “para protestar contra las felicitaciones que publica la prensa referente a su elección presidencial, pues todas […] emanan de empleados públicos [...]. También y que hará conocer de todos los diplomáticos las protestas armadas que hay en los estados Anzoátegui y Apure”; por supuesto el delator quería ampliar la información y dar nombres.
Pero quizás es más impresionante la capacidad de JVG para montar un sistema que obligaba a cualquiera a recurrir a él para conseguir lo que fuese, desde ayudas económicas (enormes o mínimas) hasta lo que en su régimen debían calificarse de favores y normalmente habrían debido ser derechos de cualquier ciudadano. Un elevado porcentaje de las cartas que recibió, me malicio que mucho más de la mitad, eran de este tipo, y con el paso del tiempo, a medida que el estado tuvo más recursos gracias al petróleo, y la represión fue más total, ya nada podía hacerse en Venezuela sin su ayuda o beneplácito. Así terminó convirtiendo el país en un enorme hato que manejaba a su antojo, llegándose a un extremo increíble de corrupción moral, del que nadie escapaba salvo exiliándose o rebelándose inútilmente. Sus mismos hijos debían implorarle para satisfacer sus caprichos; Margarita Xirgu le escribió, tras su actuación en Caracas, diciéndole que fue un fracaso y pidiéndole una subvención; por la misma época Rómulo Gallegos se vio obligado a pedir excusas, en una carta versallesca, lamentando que en Actualidades se hubiese publicado el artículo “Ante Valencey” de Gabriel Espinoza, y señalando que ya se había disculpado ante el arzobispo;[9] quienes conseguían beneficiarse de alguna amnistía debían escribirle dándole las gracias, haciendo votos por su vida y prometiendo enmendarse y unos estudiantes del último curso de bachillerato podían rogarle que se adelantaran sus exámenes.[10]
Como todos los dictadores, el Benemérito incremento la mitología histórica y el culto patrio. Se aprovechó de meras coincidencias cronológicas entre él y el Libertador, alguna quizás manipulada; a partir de 1922 decidió que se celebraría también el 19 de abril, y con motivo del conjunto de centenarios que tuvieron lugar durante su mandato organizó una impresionante serie de festejos; como ha señalado Pareja, JVG se jactaba de ser el presidente bolivariano por excelencia; mandó reconstruir la Casa Natal, con excelentes frescos de Tito Salas, restauró el Panteón, protegió con una reja el samán de Güere, levantó el monumento de Mucuchíes e inició el de Carabobo.[11] En el otro extremo, y dando una esperpéntica muestra de su humor, impuso que anualmente continuara celebrándose la fiesta del árbol.
A pesar de que JVG vivió siempre muy austeramente, sintió un desmesurado afán de enriquecimiento, lo que le llevó a apoderarse, por las buenas o por las malas, de una buena parte de los recursos del país. Hoy ya disponemos de un excelente inventario de sus propiedades oficiales, aunque puedo aportar algunas informaciones suplementarias sobre sus actividades ganaderas.[12] En Miraflores hay un sinfín de T ofreciéndole ganado, informándole sobre el mercado antillano (el 8-7-21 el cónsul en La Habana le comunicaba una caída de precios en la isla o el 11-8-21 le brindaban una goleta para llevar ganados a las islas holandesas) o dándole noticias de sus contactos con empresas foráneas.[13] Pero es sabido que en lo que estaba más interesado era en la compra de hatos, llegando a ser, con mucho, el primer propietario ganadero de la República.[14] Esto supuso que en su época, el viejo antagonismo entre llaneros cazadores y propietarios ya no enfrentara a aquéllos con la oligarquía, sino con todo el aparato del estado omnipresente y represor, y todo ello significó que llegara a una situación límite la antigua lucha de los llaneros defendiendo su tierra y su cultura. La insurgencia llanera, sobre la que existe suficiente información –y lo que sigue es sólo una pequeña muestra– puso en evidencia la ineficacia del perfecto aparato policial para derrotarlos en el Llano, pero también la incapacidad de los hombres de las sabanas para desestabilizar el Norte, donde el Benemérito, mediante el terror y la corrupción, liquidó cualquier conato de revuelta, a la vez que tenía la situación bajo su estricto control por primera vez en la historia de Venezuela.
Como ha enfatizado el mencionado Pareja, Gómez impuso “una paz que excluía el derecho del venezolano a intervenir en la vida y en el gobierno de su país, que le hacía vivir bajo el terror y la vergüenza, aunque no faltó áulico que escribiera que la ausencia de elecciones presidenciales tenía la ventaja de excluir ruidosas propagandas electorales, las que sólo sirve para exaltar los ánimos”.[15] Aserto incuestionable, pero JVG, con su astucia e inteligencia por encima de lo común, fue también capaz de pasar bastante desapercibido en el exterior, especialmente en Europa o los Estados Unidos, a pesar de haber organizado una de las más sofisticadas dictaduras de la América Latina.

2. La gente
Revisando el material de Miraflores (C y T), entre marzo de 1921 y agosto de 1922, he hallado 18 referencias a forajidos en que se mencionan personas concretas o cuadrillas sin especificar nombres. Entre los primeros figuran 10 cuatreros, un bandolero, un ladrón (me malicio que sinónimos de lo primero), seis asesinos y dos acusados de delitos menores; entre las cuadrillas, cinco de cuatreros, dos de bandoleros y dos de garceros.[16] Estos son algunos de los casos de llaneros que se encontraban al margen de la ley. Por esta época la mayoría estaba buscando una salida menos arriesgada contratándose como peones en los hatos, pero existían como mínimo dos variantes más, los condenados a trabajos forzados en hatos del Benemérito y los que huyendo del régimen se refugiaron en la vecina Colombia; M. Ron Pedrique (en adelante MRP), secretario general de estado Apure, escribía a JVG desde San Fernando, 1-9-1921, señalándole que con las garantías concedidas por el gobierno, regresaban más de cien venezolanos, unos ahuyentados por “malas autoridades” y otros por no incorporarse al ejército.[17]

* * *

Como he señalado, JVG llegó a figurar entre los grandes propietarios de ganado venezolanos y a la oligarquía tradicional se sumaron capital extranjero, en buena parte británico, creando como mínimo The Lancashire General Inverstment Trust Company Limited, empresa de la Corona propietaria de varios hatos, especialmente en el Apure.[18] En el otro extremo del abanico, se hallan mini propietarios de algunas reses mansas que pastaban en los ejidos y que, como señalaré de inmediato, eran los más perjudicados por el ejército.
Al margen de los conflictos de intereses entre grandes y pequeños propietarios, continuaba, lógicamente, el enfrentamiento entre ganaderos y agricultores, y no sólo en la frontera entre las sabanas y las vertientes; a principios de 1922, más de 40 pequeños campesinos que cosechaban desde hacía más de veinte años en la isla Orocopiche del Orinoco, cerca de Soledad, se quejaban de los ganaderos y temían que les ocurriera lo mimo que a los campesinos de la isla Caramacate.[19]
Los ganaderos, grandes y medianos, se lamentaban, como sucedía siempre, de tres plagas: la crisis económica, las epidemias y los cuatreros. Mediado 1922, en memorial enviado a JVG, firmado por más de setenta propietarios, posiblemente los mayores, éstos lamentaban que hubiera dejado de exportarse carne, pues los impuestos de los distintos estados la encarecían extraordinariamente y no podía competir con la de otras procedencias, donde la cría se habría fomentado desde hacía años utilizando métodos más técnicos; añadían que Argentina y Brasil podían ofrecer carne a Europa a uno y tres cuartos de penique la libra a bordo en el lugar de embarque. Dado que la calidad de la carne de los Llanos era inferior, proponían que se suprimieran gabelas y se intentara mejorar el producto, también se encarecía en el mercado interno y eran bien pocos los que podían pagarla a 3 bolívares kilo.[20]
Una de las quejas más frecuentes era la de los ganaderos que mudaban su ganado para los invernaderos y se les cobraba el impuesto cada vez que traspasaban los límites estatales; a mediados de 1921 varios ganaderos del Guárico que llevaban sus animales a veranear a la isla de Garcitas, en el estado de Apure, lamentaban se les cobrara 7 bolívares por res.[21]
Por las mismas fechas llegaban noticias de grandes mortandades de vacuno apestado, “sin precedentes en estos lugares”, afectando tanto a las bestias.[22] Pero, aparentemente, por el número de quejas, eran considerados más perjudiciales los cuatreros, insurgentes y también las fuerzas represivas. Éstas, pongo por caso, se hicieron con ganados mansos “de gentes pobres que viven de eso” en los ejidos; o se valían de una forma más indirecta para quedarse con bestias de los propietarios: repartirse las que conseguían tras enfrentamientos con forajidos.[23]
Eran muy frecuentes las quejas de propietarios contra cuatreros o insurgentes y bastarán las de la Lancashire: a mediados de 1921, HFC en T a JVG le decía que desde el principio de los enfrentamientos los insurgentes se llevaron bestias de la compañía inglesa, “que es la que más tiene”, y para evitarlo y a la vez dejarlos sin monturas y mandando reunirlas todas en los alrededores de la capital del estado. Ocho meses más tarde J.A. Gaston Kent, representante general en Venezuela de la Compañía, significaba a JVG los “frecuentes daños” que sufría debido a “partidas de ciudadanos que en armas contra el Gobierno Nacional” recorrían el Llano. En diciembre el hato El Milagro era saqueado por la gente de Marcial Azuaje (en adelante MA) y, a los pocos días La Bendición Ramera por otra partida que desapareció bestias y reses de otros hatos; en abril hubo quejas similares contra el “cabecilla revolucionario” Rafael Sánchez desde el hato Dolores y Kent insistía este mismo mes “acerca de las cuantiosas pérdidas que viene sufriendo la Compañía por las frecuentes invasiones de revolucionarios”, en especial las dirigidas por MA.[24]

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Insisto pues en que la insurgencia llanera, iniciada en el siglo XVI, continuaba inquebrantable contra los grandes propietarios y contra el estado central, quien llegó a identificarse a través de la figura de Gómez. Bastará para dar una idea del panorama en los Llanos la comunicación de J. Francisco Castillo, secretario general del gobierno, Calabozo, 9-2-22: “La situación general del Estado está en muy malas condiciones, aumentando este malestar las pocas transacciones sobre ganado, y se hace necesario buscar el modo de hacer llegar la mano del gobierno a cada una de las localidades para aliviar en algo esta situación”. La cárcel pública del Estado rebosaba con 18 criminales y “28 presos por otras causas”. No disponía de recursos, pues sólo le quedaban 600 bolívares y debía 57.267, distribuidos de la siguiente forma: por causas de orden público, 30.471, por fomento y otros, 11.296, por pandemia, 10.713 y por carreteras, 4.787.

3. Conspiraciones e insurgencias
Durante el período estudiado, como antes y después, coincidieron imposibles y frustrantes revueltas de la oposición política, entremezcladas en el norte con bandas de forajidos y en los Llanos con bandas de “bandidos” y “cuatreros”, y espectaculares e impresionantes incursiones de dirigentes llaneros por las sabanas. En Miraflores he localizado algunas referencias. A mediados de 1921, desde Barcelona se informaba que Ramón Rafael Campero, “revoltoso de profesión, merodea con unos pocos compañeros”, en el distrito Miranda y dio órdenes para eliminarlo aunque no inspiraba temor, pues no encontró eco. Desde Coro se notificaba la derrota de los Urbinas, la detención de la mayoría y la desaparición del general Manuel Urbina y los coroneles Joaquín Garazú, Luis Bravo y Rafael Simón Urbina. A mediados de junio corrieron por Cúcuta rumores de que, coincidiendo con el centenario de Carabobo, Peñalosa organizaba una invasión amarilla. A mediados de agosto hubo intentonas en Táchira y Mérida. Pocas semanas más tarde se hablaba de facinerosos en Río Tocuyo y de bandoleros en Pregonero. A finales de septiembre se liquidó a unos salteadores en el sur del estado Sucre. Al día siguiente la información procedía del estado Lara, donde registrando un caserío encontraron correspondencia y armas diversas. De mediados de octubre tenemos nuevas noticias de Peñalosa: Rubén Capriles decía a JVG que aquél tenía un parque en una hacienda cerca de Cúcuta y que los opositores de la frontera estaban muy agitados y preparando una invasión del Táchira, pero que Peñalosa pensaba hacerlo sobre Falcón desde Curazao; añadía que los telegramas en clave que le enviaban sus confidentes de Colombia eran interceptados y comunicados a los opositores. A finales de noviembre informaban de un alzamiento de los hermanos Guayamo con 14 hombres en connivencia con Lander y de otro del general Cayetano Rojas con 26 hombres cerca de Río Chico. A mediados de diciembre, mientras por Cúcuta se rumoreó insistentemente sobre un estallido en toda la República, con la intervención de castristas, mochistas y peñalocistas, dirigidos por el gocho Olivares Baptista, un informante, Eustoquio Gómez, hermano del dictador y presidente del Táchira decía temer que entraran por Maracaibo, donde el régimen tenía enemigos ricos, como los París, que disponían de grandes haciendas y en ellas de centenares de peones. Por las mismas fechas, entre Taguay y Ocumare del Tuy, se descubrió la rochela del bandolero Purroy y sus 41 hombres; pudieron tomarles algunas prendas y armas, pero se esfumaron cada uno por distinto rumbo. De una semana más tarde hay información de dos bandoleros más, Francisco Lander y Ramón Guayamo, que actuaban entre Anzoátegui y el Guárico; el segundo llevaba más de diez años escapándose a pesar de la persecución a la que se le sometía, ya que “esta gente que huye a pata de caballo es difícil de cogerse, pues está amparada por la gran extensión del territorio del Estado, por la baquía en los caminos para sus correrías y por el poco número de hombres que cargan”; el primero, Lander, se unió a otro forajido, Arreaza, e invadieron el Guárico con unos 35 hombres, derrotaron al coronel Melo en El Pao, pero, finalmente, se rindieron casi todos en Zaraza, entregando también su parque a cambio de recibir garantías totales, por lo que envió T a JVG dándole las gracias y notificándole su sincero propósito de “laborar en lo sucesivo por el mantenimiento de la paz, fuente segura de progreso y bienestar”. HFC en T a JVG, desde San Fernando, 2-5-1922, decía que Rafael Sánchez Ostos invadió con 39 hombres por Guáchara; ya estaban persiguiéndolo, y a su hermano, al que se le consideraba cómplice, y mandó a arrear una punta de ganado para el sostenimiento de las tropas; al día siguiente, mientras el Llano era recorrido por MA y Emilio Arévalo Cedeño (en adelante EAC), HFC informaba que le dieron alcance y muerte, en las sabanas de Platanales, el cuatrero José Ma. Oropeza, quien llevaba días merodeando por aquella zona.[25]
Insisto en que mientras políticos y forajidos tenían bien pocas posibilidades de inquietar al Benemérito, la capacidad de los llaneros era bien distinta, en parte debido a que disponían de un excelente santuario en los Llanos oficialmente colombianos; es también evidente que variaba notablemente el resultado si incursionaban llaneros o si dirigentes políticos intentaban beneficiarse de la insurgencia de los habitantes de la sabana.
Es abrumadora la información sobre los Llanos colombianos y muchas las quejas de cónsules y embajadores ante la tolerancia y la pasividad de las autoridades neogranadinas que, al parecer, podían ser compensadas con ganado y, especialmente, bestias que introducían los insurgentes cuando regresaban al Arauca.[26]
A finales de mayo de 1921, alguien, de firma ilegible, posiblemente el embajador, escribía a JVG, desde Bogotá, para contarle las entrevistas con Marcos Fidel Suárez, presidente de Colombia, y con el ministro de Exteriores, en relación con la solicitud oficial de autorización para las fuerzas “nacionales venezolanas que se movilizarían en persecución de los grupos de malhechores que, organizados en territorio colombiano, invadieron a Venezuela por la vía que conduce a Río Negro”; llevaba en estas conversaciones desde el 3; antes el ministro insistió sobre los malhechores que, “abusando de la hospitalidad que les ha brindado el gobierno de Colombia, se han hecho de elementos de guerra y se han organizado dentro del territorio de esta República hermana, han dado pruebas, de dolorosa evidencia, de no perseguir otro propósito que el de satisfacer ambiciones egoístas, cometiendo actos de verdadero pillaje y depredaciones inauditas de que han sido víctimas colombianos y venezolanos, a quienes han arrebatado el fruto de su honesto trabajo”; más adelante insistía: “Mi gobierno está definitivamente resuelto a destruir con mano fuerte [...] el bandolerismo que trata de abrirse paso, sin otra bandera que su propio desprestigio i sin más programa que la satisfacción de su sed de odio”.[27]
A finales de febrero de 1922 se pensó que el triunfo del candidato conservador general Ospina cambiaría la situación en el Arauca, pero la esperanza duró bien poco. Sin embargo, el 4 de agosto el presidente del estado Apure pensó que se produjo un cambio radical que desconozco cuánto duró.

* * *

A finales de abril de 1921, los doctores Roberto Vargas (en adelante RV) y Carmelo París (en adelante CP) se reunieron con la impresionante fuerza dirigida por EAC, que acababa de imponer el orden revolucionario en el Amazonas con un ejército de unos 600 hombres y tomaron Caicara del Orinoco. La noticia llegó inmediatamente al gobierno por distintos conductos y con alguna variante; así, el 6 Uribe transmitía a UM un T que con la misma fecha se mandaron de La Rubiera a Calabozo: EAC tomó Caicara antes de la llegada de RV, los “revolucionarios” descendieron por el río en una flotilla compuesta de 34 esquifes, 4 buques grandes y una lancha gasolinera y exigido de los comerciantes un empréstito de mil fluxes (uniforme completo), mil alpargatas, cobijas y dinero en efectivos. JVG ordenó que actuaran conjuntamente los presidentes de Apure, Bolívar y Guárico. De inmediato aparecieron noticias contradictorias que algunos mandos militares pensaron propagaban los mismos insurgentes para desorientarlos, y que como mínimo consiguieron intranquilizarlos y desconcertarlos.[28]
A partir de mediados de mayo las contradictorias noticias sobre el rumbo de los insurgentes tenían perplejos a los gomecistas. El 15 en T al Benemérito desde La Rubiera, vía Calabozo, se informó de un espía: el día anterior los rebeldes recogieron todas las bestias que estaban en Mata Oscura, Vuelta Grande y Santa Inés a 4 ó 5 leguas de Arichuna, donde temían pudieran llegar al anochecer. El 16 VPS transmitía una nota fechada el 13 en Las Bonitas; le informaron que los facciosos salieron de Boca Apure el 7 remontando el Orinoco; creía que podían seguir por el Meta para llegar a Colombia o por el Alto Orinoco para el río Negro, y pensaba que tomarían la segunda vía, en cuyo caso no podría perseguirlos con los vapores, pues no podrían pasar de los raudales de Atures, “de allí podría seguir en embarcaciones pequeñas o por la manga izquierda del río, por tierra, por donde habría que abrir camino, pues no lo hay”. El mismo 16 MS y HFC en T, desde San Fernando, notificaban que, tras su encuentro, mandaron la caballería y una lancha a vapor en busca de los insurgentes y de VPS, del que nada sabían y pensaban que su cooperación con los vapores sería muy eficaz. MS mentó, en nuevo T de pocas horas más tarde, su acuerdo con HFC que éste saliera con su gente y un piquete de caballería hacia Arichuna, “donde se ha sabido que hay unos grupos revolucionarios y como no sabemos si ésta es toda la gente facciosa, hemos resuelto que quedase yo aquí con mi gente para atender a una combinación de acuerdo con los informes que él me dé y para resguardar esta capital que como Usted sabe constituye todo el estado Apure”; a la vez en T a VPS, a Las Bonitas, vía Santa María de Ipire, pedía que subiera por el Orinoco y el Apure, pensando podían sorprender a los insurgentes de frente y por la espalda. Pero el 17, VPS en T desde Soapure (llegó a Caracas el 23 por La Pascua y San Fernando) a HFC enfatizó que la mayoría de los rebeldes remontaron el Capanaparo en pequeñas embarcaciones hacia El Viento, que él no podía perseguirles pues el río no tenía suficiente caudal para sus vapores; seguía hacia el Meta y pedía a HFC que los atacara por tierra.
Mientras los insurgentes burlaban a todas las tropas gubernamentales, Antonio M. Delgado, secretario general del estado Bolívar, era capaz de escribirle a JVG sandeces como las siguientes: “Yo siempre creí que los facciosos tan pronto como el general VPS pusiera en ejecución las órdenes e instrucciones que Usted le comunicó, emprenderían la fuga, ya que deben estar convencidos de que el nuevo régimen que Usted ha implantado en la República, desde el memorable 19 de diciembre rehabilitador de 1908, está escrito en la conciencia pública, y su conservación es una necesidad para la existencia misma de la Patria, como lo es Usted también, por todas las grandes conquistas que ha alcanzado Usted en su rudo trabajo de gobernante entregado, a sus serios deberes, que lo destacan en el campo de la historia agasajado por la administración pública. Me es placentero decirle que la expedición del general VPS, –aun cuando fue necesario ocurrir al reclutamiento forzoso– despertó gran entusiasmo entre los moradores de este estado, cosa que no sucedió anteriormente, cuando en circunstancias análogas, se apeló a este sistema para garantizar el orden público. Ello demuestra de que los pueblos están penetrados de que el sublime credo de la paz, del orden y del patriotismo llevado en enseñanzas por Usted a sus conciudadanos, es un tesoro que deben defender, a todo trance, para su efectivo bienestar, progreso y engrandecimiento”, Ciudad Bolívar, 21-5-21.
Evidentemente órdenes de JVG y entusiasmo de sus súbditos no fueron taumatúrgicos como esperaba el secretario general y los rebeldes no se volatilizaron. HFC en T a JVG el 29 desde San Gregorio (transmitido el 30 desde San Fernando) informó que tras 12 días de marcha, el 27 dieron con el enemigo en La Ceniza, costa del río Capanaparo, que se hallaba bien atrincherado apoyado en un monte; estuvo tiroteándoles hora y media y provocándolos para que salieran a descubierta, pero al anochecer, escaseándole el parque y visto que los rebeldes le triplicaban en infantería, caballería y pertrechos, decidió retirarse para unirse a las tropas del general MS.
El 1 de junio, desde Barinas, en T a JVG, Ángel Nieves, calificaba a los insurgentes de “bandoleros” y “facciosos que no tienen otra bandera que el pillaje”; al día siguiente, el jefe político de Bruzual, R. Tovar García, en T desde Nutrias decía estar en esta segunda población, al otro lado del río, presto para ir a Guasdualito, siguiendo las órdenes recibidas, cuando inesperadamente los rebeldes atacaron y tomaron Bruzual.[29]
Esta sorprendente maniobra hizo que cundiera el pánico en todo el Llano. El 29 de mayo F. Uribe envió T a UM, en que el jefe de la estación de San Fernando preguntó, en clave, si en la capital sabían lo que ocurría en Elorza; Uribe decía que no contestaba ni daría razón, en clave también, de lo ocurrido en Bruzual, si no se le autorizaba expresamente. El 30 MS, desde San Fernando, decía a JVG que seguía en aquella capital por temor a los facciosos, bien remontados, mientras las bestias de las tropas de HFC estaban agotadas; pero opinaba que de llegar VPS, él debía regresar al Guárico, pues temía que lo invadieran por Guadarrama hacia Calabozo, totalmente desguarnecida. Y el 1-5, desde Ciudad Bolívar, decía un T a JVG que el día antes regresó el vapor Miranda con una sola noticia, VPS desembarcado en el Meta, no localizaba ninguna de las partidas rebeldes, “lo que es de deplorarse altamente, pues quedan infructuosos cuantos sacrificios se han hecho”.
El 2-6, Pedro M. Queremel, T en clave desde Calabozo, informó que procuro recoger todas las bestias temiendo la mencionada invasión por Guadarrama; aprovechaba para recordar que sólo tenía 25 hombres de guarnición, con un parque ridículo y que ninguno existía en los distritos, pues se lo llevó MS. El 3, IFC en T desde Barinas, refirió que los generales Uzcátegui y Jordán recuperaron el día anterior Bruzual. El mismo 3 en la tarde HFC, desde San Fernando, desconocedor de las últimas novedades, pensaba que desde el Táchira podían enviarse tropas para reforzar Guasdualito. Pero al anochecer, ya se tenían informes de sus espías: RV y sus tropas pernoctaron cerca de Guáchara y temía que intentaran atacar Arismendi. Al día siguiente, según T en clave, esperaban a VPS para subir el Apure en vapor, “pues las vías están ya penosas por el invierno”; pero el 5, Pedro Quintana en T desde La Unión a MS, aludía a facciosos que pasaron por Santa Catalina y Apurito, sobre el Apure y temía un ataque a La Unión, lo que habría sido una grave amenaza para la retaguardia de San Fernando.[30]
La toma de Guasdualito atemorizó y desorientó de nuevo a los gubernamentales. D.A. Coronil, embajador en Colombia, escribía a JVG desde Bogotá el 13 de junio, alarmado por las noticias que traía la prensa, en especial El Nuevo Tiempo, y por las que le envió el cónsul de Arauca el 9, según las cuales todo el Alto Apure habría quedado en poder del enemigo, que se estaría organizando con entera libertad y añadía: “Ruégole que si Usted lo juzga conveniente me tenga al corriente de los triunfos del Gobierno para hacerlos publicar y acallar el escándalo que ha formado la prensa enemiga; similar información recibió el embajador, a través del ministro de Exteriores de Colombia, del cónsul colombiano en El Amparo, que transmitió a JVG el 14. Y este mismo día, desde La Bendición, Juan M. lturriaga también escribía a JVG enfatizando que era sabido por viajeros, que “la actual situación del alto y bajo Llano es alarmante”, que los rebeldes se quedaron “con 100 bestias de la Compañía de Carnes Congeladas, que los ganaderos habían ahuyentado las que habían recogido i que los negociantes en el ramo se han regresado forzosamente sin haber podido comprar una sola res”.
El pánico debió ser suficiente como para que se enviara a la región a La Sagrada, la pandilla de asesinos que fungían de guardia pretoriana del dictador. Ramón E. Peña escribió a JVG desde Guasdualito, 15-8-21, que Juan Laporta le prestó hasta la fecha 5.580 bolívares para pagar a los 36 del cuerpo; pensaba ya no ser necesarios, pero sugería que se quedaran unos 15 para limpiar la zona “de algunos grupitos de ladrones” que merodeaban por hatos y garceros.
Hasta el 11 de junio VPS no informó a JVG de la continuación de su seguimiento (temía que no le habrían llegado las noticias que mandaron anteriormente); pensaba que los rebeldes podían buscar la frontera por Dos Caminos, por el cajón del Arauca para salir a El Viento o por el cajón del Meta para salir a Bravo Norte, “que ha sido siempre la eterna guarida de ellos”. Creyó que si optaban por la primera pudieron ser destruidos desde San Fernando y remontó por ello con sus vapores el Meta llegando hasta Bravo Norte, “pensando darles una sorpresa de encontrarlos por allí, tomándoles la delantera por aquellos desiertos. Por mis tardíos espionajes, que en aquellas grandes soledades gastaban ocho y más días en llevarme noticias, supe que el enemigo se había devuelto [...] y que habiendo repasado el Capanaparo tomó vías de la parte poblada del estado Apure”, por lo que regresó hacia La Urbina donde supo que le reclamaban en San Fernando.
Pasaron casi tres semanas sin noticias ciertas, pero con muchos rumores. El 10 de junio llegó un T a Caracas, vía Nutrias, del coronel Santos (fechado originariamente el 6) señalando que los insurgentes cruzaron la frontera; pero el gobierno sospechaba que la noticia era falsa, que Santos cayó prisionero, que los facciosos enviaron el T y se temía hubiesen tomado Guasdualito. A continuación empezaron a concentrarse fuerzas represivas en San Fernando mientras se pensaba que podían recibir ayuda el Táchira.
A partir del 12 de junio MRP mandó angustiados T a JVG, algunos en clave desde San Fernando. HFC y MS salieron en los vapores cuando un espía informó que los rebeldes, el día 6, retrocedieron hacia Elorza. Al día siguiente notificaba que no sólo andaban bien remontados, sino que se dedicaban a recoger todas las bestias que encontraban, lo que les daba una gran movilidad y podía permitirles cualquier “estratagema sobre esta plaza cuya importancia material y moral es bien conocida de Usted”, y en la que sólo dejaron 60 soldados. Por añadidura, las tropas del gobierno o eran de infantería, las de VPS, o se quedaron sin monturas, las de HFC y MS, pues los rebeldes las recogieron todas; temían que la escasa fuerza fuese obligada a abandonar San Fernando, lo que aprovecharían para atacar esta capital. Por si los problemas fueran pocos, la dedicación exclusiva de las fuerzas represivas a correr tras los rebeldes supuso que no pudiesen acosar a los “cuatreros”, que volvían a cazar las reses que necesitaban tan pronto como cesaba la actuación de las cuadrillas y cuerpos volantes. Por añadidura, surgieron enfrentamientos entre los tres presidentes, VPS escribió a JVG el 15 desde San Fernando, diciéndole que con MS se desplazó para cooperar con el presidente de Apure y que éste se auto consideraba jefe supremo y creía que necesariamente debía prevalecer su opinión, en lo que no habrían tenido inconveniente si no fuese porque le veían poco práctico en estos asuntos; finalizaba rogándole decidiera si mandaban los tres mancomunadamente o uno sólo.
Ramón E. Peña, informó, T desde Palmarito, 21-6 (fechado el 20 en Guadarrama), que “las fuerzas nacionales”, tras haberse batido durante 36 horas con los insurgentes, decidieron una suspensión de las hostilidades para descansar y recoger heridos; la situación de los “nacionales” era muy crítica, sus comandantes heridos y sin munición, noticias alarmantes que MRP confirmaba en T urgente enviado el 22 desde San Fernando. El 28, los comandantes “nacionales”, en nuevo T desde Guasdualito, narraban su situación desesperada y que los insurgentes les conminaban a rendirse, a lo que se negaron y, sorpresivamente, aquéllos se retiraron el 26 hacia El Amparo, aunque los gubernamentales no pudieron perseguirles por faltarles monturas y pertrechos.[31] La sorprendente decisión de retirarse produjo discrepancias entre los rebeldes, negáronse a reconocer a RV y cada uno tomó distinto rumbo, bien montados y armados.[32] Lo mismo decía VPS en T fechado en Guasdualito (30-6-21), pero añadía que el grueso de los insurgentes, ahora comandados por EAC y Franco, bajó por el Arauca hacia Elorza y que no podía perseguirlos eficazmente por carecer de caballos. El 12 de julio, Ramón E. Peña, T a JVG desde Guasdualito, notificó su regreso de Arauca, donde se hizo público un ofrecimiento de garantías a “todo venezolano asilado que de buena fe y como elemento de trabajo quiera repatriarse exceptuando los comprendidos en delitos comunes”; añadía que las autoridades colombianas cooperaron para desarmar y apresar a los vencidos. Insistía, “Me intereso porque buenos elementos vuelvan a este distrito acogiéndose a las garantías clementes y liberales del gobierno a fin de ver de evitar por este medio formen parte en la creación de gavillas que causan irrupciones criminales en esta zona haciéndola teatro de horrendas fechorías”.
Pedro Pérez Delgado se entregó a HFC en Elorza y el 19 de julio dijo en T a JVG: “Al dar este paso, vengo incondicionalmente a ponerme a su disposición esperando perdone mis errores pasados y que la nobleza que ha tenido Usted para con todos los venezolanos, que ven en Usted el Salvador de la Patria, me alcance a mí también y me redima de mis pasados extravíos./ Yo quiero ser de ahora en adelante un factor en su obra de paz y de trabajo, e imploro para mí la misma magnanimidad que tuvo Páez con el guerrillero Cisneros. Estoy incondicionalmente a sus órdenes”. El 26, cuando supo por HFC la respuesta del Benemérito, le envió T, “Mi agradecimiento para Usted, general, es inmenso, porque en él me ha redimido de mi triste pasado de errores y azares. Yo no tengo para ofrecerle sino mi vida que estoy dispuesto a sacrificar en su servicio, en prueba de mi gratitud”. Todavía el 2 de agosto HFC, T a JVG, informó se iban entregando facciosos, pero también bastantes hombres que huyeron a Colombia para librarse de las levas.[33]

3.1. La larga marcha de Arévalo Cedeño
A principios del mismo julio las autoridades ya empezaron a temer la reanudación de las hostilidades por insurgentes dirigidos, entre otros, por EAC. El 9 VPS, en T desde Guasdualito decía que a partir del 1 se encargó a fuerzas guayanesas la persecución de los facciosos que todavía no se retiraban, pero la gran creciente del Arauca hacía totalmente intransitables caminos por los que pocos días antes pasaron los llaneros y, por añadidura, debido a la inundación enfermaron todos los soldados; así pues, se decidió que continuaran la pesquisa el general Uzcátegui y el coronel Rocha “con su gente que es llanera y más acostumbrada a la humedad, la plaga y la carne pura”, en embarcaciones que mandó preparar en El Amparo. Mientras, HFC en T desde Palmarito del 9 (fechado dos días antes en Corozo Pando) donde llegó persiguiendo a los rebeldes y recibido carta de Alfredo Franco solicitándole conferencias para poner “términos a los sangrientos y desastrosos sucesos de Apure”; HFC aceptó “inspirado en los mismos nobles sentimientos que a Usted animan, respecto de la salvación de este pueblo que agoniza víctima de odio infecundo”; Franco significaba estar dispuesto a entregarse “ofreciendo su concurso en pro de la paz nacional” si se le daban garantías, pero advertía que EAC y MA estaban en otros campamentos; de todos ellos decía HFC, “estos oficiales son elementos de trabajo de estas mismas regiones”, así como que EAC, CP y Parra Pacheco salió hacia el Capanaparo y era imposible perseguirlos por la crecida de las corrientes y porque los insurgentes iban destruyendo todas las canoas de los pasos. Éstos llegaron la mañana del 12 a El Yagual sobre el Arauca, y posteriormente, durante casi un mes no hubo noticias salvo algún rumor de que se internó en Colombia y escondido las armas.[34]
El 13-8, Uribe transcribió a UM un T de HFC a MS informando que EAC y 150 hombres bien armados estaban el mediodía anterior en Arichuna y cruzado el Apure, aparentemente en dirección a Cazorla y La Rubiera; el 14, MS ordenó a las autoridades de Valle la Pascua y Chaguaramas recoger todos los caballos, tanto para tener remonta en caso de emergencia como para evitar que cayeran en manos de los rebeldes. Durante un par de días los presidentes y demás autoridades de Apure y Guárico pensaron que EAC se dirigía hacia La Rubiera, donde el coronel Seijas llegó a desmontar el aparato telegráfico el 15; ese mismo día HFC dio por seguro que éste no era el rumbo y malició podían buscar Valle de La Pascua, donde nació EAC, para internarse al monte Tamanaco; el 16 HFC dijo a JVG seguir reteniendo en San Fernando el vapor Apure (donde podían embarcar cien soldados) para mandarlo río abajo y cortar la retirada a EAC si éste intentaba devolverse; el 16 MS, en T a JVG desde Calabozo (fechado en Cazorla el 16) avisó que EAC con 130 hombres llegó a La Rubiera, donde permaneció 24 horas; pensaba que regresando al río, por donde llegaron y añadía ingenuamente: “yo siempre he creído que los facciosos no llegaría a la Rubiera, pues saben que yo les cobraría muy caro cualquier daño que le hagan a una propiedad suya”.
El 24 HFC, T a JVG desde San Fernando, que acababa de regresar en el vapor Apure con las fuerzas enviadas en persecución de EAC; recorriendo el río hasta Las Bonitas y sus costas y perdido el rastro “en esos inmensos esteros inundados actualmente y donde los facciosos llevaban dos días de ventaja”. El 29 se supo en Caracas (a través de un expreso que llevó la noticia a la estación de El Socorro) que EAC llegó a Espino, mientras el día anterior MS en T a JVG, desde el paso de Las Cocuizas, suponía que el faccioso, que le llevaba dos días de ventaja, iba hacia Maturín y pasaría por Pariaguán o El Chaparro, por lo que sugería al Benemérito ordenara al presidente del estado prepararse para capturarlo.
El 2 de septiembre se supo de un enfrentamiento en las afueras de Santa María de Ipire; a las 7 pm los comandantes gubernamentales, en T desde Las Lagunas vía El Socorro, decían haber combatido dos horas, con bajas considerables en ambos bandos y se vieron obligados a retirarse al agotárseles las municiones. Delgado, el telegrafista de Santa María, comunicó el 9 haber restablecido el tendido, destrozado por los insurgentes, en El Socorro y Tucupido, y lamentaba que Santa María hubiera estado “hasta hoy sin autoridad civil y el espíritu revolucionario hasta un grado sin tamaño. Al informar a Usted esto, es porque me he visto en el caso de vivir oculto, a salto de mata, hasta ayer que varios buenos ciudadanos amigos de la causa me fueron a buscar donde estaba oculto”.
De nuevo menudearon noticias y rumores, verdaderos o falsos, algunas veces disparatados, del paradero de los facciosos; el 12 transmitieron desde El Chaparro que, según los espías, EAC se encontraba en Zaraza con 200 hombres; el 21 habría ocupado Mapire y apoderado de todas las bestias de los hatos para salir hacia Santa Clara; se hacían toda suerte de cábalas sobre el rumbo que podía tomar; el 28 estaría en la jurisdicción de Aragua de Barcelona; el 4 de octubre habría regresado a Tucupido y seguido a Valle de la Pascua; el 7, desde ésta, salido hacia Chaguaramas, con 170 hombres, desviándose osadamente hacia el norte. El 12 un T de San Rafael de Orituco decía que EAC, tras reposar más de dos días, salió hacia el este buscando Paso Real y destruyendo el tendido telegráfico en Libertad y Lezama; para el telegrafista la reparación podía realizarse rápidamente si no regresaban los facciosos, pero “no hay autoridad que apoye”. Aparentemente, ahora tomó dirección oeste: el mismo 12 desde Camatagua en T, se mostraban intranquilos porque no contestaba Taguay, que se temía atacada por EAC, al que suponían en busca de unos caballos de JVG, “apotrerados en “Corcobao”, que ya se retiraron hacia Calabozo.[35]
El 13 y 14 llegaron sopotocientos T de diversos lugares más o menos cercanos a Altagracia: las autoridades estaban completamente desorientadas, llegaban rumores de todas partes, no sabían con certeza dónde estaba EAC y era imposible dirigir fuerzas en persecución de alguien cuyo paradero se ignoraba. Así, pongo por caso, L. Godoy, en T en clave a Uribe desde Libertad de Orituco, el 14-10, decía que andaba de Herodes a Pilatos buscando a los facciosos, aunque tampoco podía hacer gran cosa pues las bestias estaban agotadas y los jefes civiles no pudieron proporcionarle ninguna, pues una parte se las llevaron los rebeldes y el resto las escondieron lejos, y lamentaba tener que llevar el parque en burros.[36]
El 15 de octubre avisaron la entrada de EAC en Guanapa y el 19 daban diversos informes desde Caucagua: salió de Altagracia hacia Guaribe con 500 jinetes y 200 infantes, entre Guaribe y Guanapa se les unió el general José Antonio La Riva, los buscaba, para lo mismo MA, Cuello e Pana, y se fraccionaron en tres partidas. El 20, en T desde Barcelona, avisaban que los insurgentes entraron en Aragua, el 23 en El Carito y en El Pilar, el 24 en San Miguel y en Caigua.[37] El 26 se alarmaron en la misma Barcelona, algunos decían haber visto facciosos por los alrededores y se recibieron, por vía marítima, refuerzos de hombres y parque.[38]
Aparentemente, anduvo por las cercanías de Altagracia, pues MS, en T a JVG, el 7-11 desde Lezama, narraba un enfrentamiento con los facciosos, haberse colocado estratégicamente para impedirles la retirada hacia el Llano, pero que esperaba refuerzos, en especial pertrechos, reclamados urgentemente, en clave, al día siguiente. Por las razones que fuesen, EAC consiguió romper el cerco; el 10, un T de Taguay a Calabozo, avisaba que de noche pernoctaron con 300 hombres en Mapurito, buscando vía a Barbacoas, y al día siguiente EAC andaba hostigando a sus perseguidores.
Según informe de un espía, el 13 EAC cruzó el Orituco, procedente de Palenque y pernoctado seguramente en El Calvario; pero el transmisor de la noticia, T a JVG desde Calabozo el 16, estaba “muy contrariado porque hasta ahora no sé a qué atenerme respecto a las informaciones de los facciosos para transmitirlas a Usted”, pues cada espía daba razones distintas y cada uno aseguraba ser la suya la verdadera.[39] Cinco días más tarde, el 18, decía a JVG que según el jefe civil de Guardatinajas los insurgentes se dirigían hacia La Fundación y Mantecalito; él los pensaba perseguir rumbo a Tiznados. En T transmitido el 20 desde El Pao, se informaba a Caracas que el 19 EAC con 200 hombres, amaneció en El Cantío, hato del general JVG, llevándose armas, cápsulas y una madrina de caballos, después de haber saqueado la vivienda; de aquí se dirigió hacia El Baúl, ciudad que conquistaron hacia el 20, haciendo preso al jefe civil y llevándose el telégrafo.[40] Siguieron hacia Sarita Cruz, ya en el estado Portuguesa, e intentaron cruzar el río y llegar a Amparo (Cojedes); rechazados, se retiraron hacia el sur.
El 26 de noviembre empezaron a llegar de nuevo noticias alarmantes a Caracas y Maracay, pues EAC estaría entrando en Acarigua. El presidente de Cojedes reorganizó sus fuerzas y sugería ordenar a Barquisimeto enviar refuerzos en camiones; se maliciaba que Guanare tenía un especial aliciente para EAC: el considerable número de presos. Desde Barquisimeto comunicaron el 29 a Caracas que no tenían suficientes camiones y que, además, la ruta era intransitable para vehículos automotrices a causa de las fuertes lluvias. El mismo 29 era el presidente del estado Zamora, IFC, quien se alarmaba de la dirección de los insurgentes: telegrafiaba a UM desde Libertad que EAC llegó a las cercanías de Ospino y regresó para Píritu; él iba a mudarse hasta Santa Rosa pues pensaba que aquél escogería esta vía para dirigirse a Suripá; añadía haber sido informado por persona de confianza que EAC dejaba gente rezagada que, haciéndose pasar por desertores, en realidad espiaban a los gubernamentales para tenerle al corriente. Parecía que EAC se dirigía hacia el sur, por lo que HFC, oyendo la opinión de Gregorio Cedeño, pensaba solicitar embarcaciones a JVG para impedir a los forajidos el paso del Apure.
No se tuvieron noticias de EAC, por andar por sabanas sin poblaciones ni telégrafo, hasta el 4-12, cuando desde San Fernando, IFC recibió T de su amigo y pariente HFC, urgentísimamente y donde estuviese. Por otro T del jefe civil de La Unión sabía que EAC se entró el 3 al mediodía en Arismendi; le urgía dirigirse hacia Santa Catalina, para donde también iba él. IFC le contestó desde Nutrias el 5 señalándole que, capaz, quien llegó a Arismendi era una vanguardia muy adelantada y no el núcleo de los insurgentes, que tres días antes andaban por La Capilla (hoy La Trinidad).[41]
El 7, casi al mediodía, desde San Fernando MRP enviaba urgentes T a varios militares para informarles que EAC cruzó el Apure por El Samán y podía reconcentrarse en Guasdualito. El entusiasta JFI, T a JVG desde El Samán al día siguiente (salió por Nutrias el 9), afirmaba que EAC cruzó el Apure, con todas sus fuerzas, “sin que nadie lo molestara del otro lado”, mientras que él y Godoy suponían que allí habría habido tropas de Zamora o del Apure; a pesar de ello pensaban seguir persiguiéndolo.[42]
El 9 por la mañana, MRP, T de San Fernando a Nutrias al general IFC, “donde esté”, señalaba haber comunicado desde Apurito que “el enemigo” pensaba atacar la capital de Apure; estaba angustiado pues el otro Febres zarpó en el vapor Arauca para navegar por el rio homónimo. El día siguiente JFI, T a JVG desde Nutrias, decía haber dilatado un día, hasta las once de la noche, en cruzar el Apure con su caballería, por contar sólo con dos canoas pequeñas, pues las grandes que usó EAC, dejó que se las llevase la corriente. Sospechaba dirigirse EAC al hato El Frío y esperaba la llegada de más fuerzas para perseguirle. El mismo 10 desde Ciudad Bolívar, un T a MRP en San Fernando, llevaba la primera noticia de la incursión de MA de que trataré en el próximo apartado.
El 13 hubo balacera en Elorza entre gente de EAC y tropas de IFC; al día siguiente llegó el grueso del ejército, IFC quiso atacar, a la vez que buscaba canoas para cruzar el río más abajo y acometer por la retaguardia. Pero a las tres de la tarde EAC se retiró de Elorza; una parte de su gente entró en Colombia, mientras la mayoría seguían hacia el este por el Meta y los del Gobierno creían que volverían al estado Apure o pasarían la frontera. Al comunicárselo IFC a UM decía saber que iban “completamente desbandados en pequeños grupos”; pero, no podía perseguirlos pues, tenía las bestias completamente agotadas, incluso la suya y no consiguió animales de remonta. Varios T hasta finales de mes aseguraban que la gente de EAC se internó en Colombia.
Bien poco duró la tranquilidad; en T desde El Baúl a San Carlos, 26-1922, informaban acabar de recibir de Guanarito pistas de EAC, estaba en San Vicente a 8 leguas de Arismendi; se mandó recoger las bestias de todos los hatos, pero se empezó a sospechar que era noticia falsa y el 30 se supo que no se trataba de gente de EAC sino de tropas gubernamentales.
El embajador Diego Bautista Urbaneja escribía a JVG desde Bogotá, 6-2, informándole sobre elecciones neogranadinas; también le notificaba que, nueva y enérgicamente, pidió al gobierno de Colombia actuar contra EAC y cumplir el Acuerdo boliviano sobre conmociones internas y neutralidad, pues las autoridades del Arauca permitían que los insurgentes se organizaran tranquilamente para entrar de nuevo en Venezuela.[43]
Meses después llegaron, espaciadamente, algunas noticias de EAC. El 10 de junio un T, fechado en El Amparo, afirmaba que estaba en Arauquita con más de cien hombres y se temía una nueva invasión, “no se sabe si con el intento de atacar a Guasdualito o evadirlo o buscar este estado”. Justamente un mes más tarde VPS, T a JVG, traía noticia del general Lanza sobre la detención de una mujer que andaba con EAC, recién llegada del Meta, informaba sobre los componentes de la partida y las armas de que disponían, así como que un tal Julián Martínez, en la isla Cararavo, cuidaba unas 200 bestias de EAC y MA; la mujer se ofreció para acompañarle, como baqueana, para recuperar los elementos, pero mentaba dificultades para esta empresa: ser territorio considerado colombiano “y yo aquí carezco de los llaneros competentes que me hacían esos trabajos”. Por ello, y momentáneamente, pensaba limitarse a enviar persona autorizada “que pudiese recabar esos elementos de modo amistoso”. El mismo 10 de junio Augusto Ruíz, T a HFC desde Nutrias, intentaba justificar “asunto muerte prófugo Jiménez”, revolucionario comprometido con EAC; lamentaba Ruíz que en Palmarito no corrían sino rumores, incluso “se decía que aquel fue preso para matarlo expresamente, para robarlo”. Según él, al ir a detenerle ofreció resistencia y dijo en voz alta que no se dejaba conducir a Palmarito, ni a Nutrias y menos a Barinas, porque iban a fusilarlo; en la persecución le dispararon y murió.
El 15 de julio MS transcribió a JVG, desde Nutrias, un T enviado por MRP desde San Fernando, informándole que en el Yagual se sabía que EAC estaba en Mata Negra preparándose para atacar San Fernando. Sin embargo, la mayoría de los telegramas posteriores ya hablaban de retorno de tropas a su lugar de origen y HFC, T a JVG el 16 desde San Fernando informaba de la paz concertada con Franco y Pérez, los numerosos salvoconductos que prometieron y la repatriación de más de cien “ciudadanos que por trabajadores son factores importantes en el desenvolvimiento de estos pueblos”.

3.2. Marcial Azuaje, Cuello e Pana[44]
Cuando EAC estaba concluyendo su larga marcha por el entero Llano, empezaron a recibirse noticias de MA. El 28 de diciembre de 1926 JFI, en T a JVG, desde Paso Arauca, le informaba de haber enviado 50 hombres sobre Santa Rufina y los lindes de La Candelaria, donde creía se hallaban los “cuatreros” de MA; decía de él que, aunque “es correlón como Arévalo”, esperaba sorprenderle pues no los sabría tan cerca y añadía: “este grupo de bandidos alcanza a 32 y únicamente se ocupan en robar caballos y en constreñir a los pobres habitantes de estos lugares”. Dos días más tarde, el 30, JFI volvía a informar a JVG desde el mismo lugar: según un empleado de la Compañía Inglesa, procedente de La Bendición Ramera, los “cuatreros comandados por MA estaban el 28 en la costa del Cunavichito y en Congrio habiendo confiscado 286 reses a unos peones de la Compañía”; el día 2 de enero de 1922 sus hombres perdieron el rastro de MA, “porque ellos prendieron fuego a la sabana”.
Por las mismas fechas, el 3, HFC mandó dos T a JVG, uno transcribiéndole el que se envió al comisario general del Arauca quejándose de que MA hubiese estado seis meses en San Rafael del Meta, territorio colombiano, sin que las autoridades neogranadinas le molestasen o persiguieran, así como lamentando la acogida ofrecida a EAC y sus compañeros; en el segundo T aseguraba que MA pasó a Colombia; proponía que se quedase un retén en Elorza y que cien soldados de caballería salieran quincenalmente a recorrer la región. Los partes de estas primeras jornadas de MA son confusos. Quince días más tarde, el 17 de enero, H. Tovar Díaz, en T fechado el 13 en Elorza, volvía a mencionar un supuesto regreso de MA a Colombia “a incorporarse según informes a demás facciosos que encuéntranse en distintos puntos esperando regreso del faccioso Arévalo Cedeño que dicen está para la capital de Colombia”. JFI, en T a JVG, 22-3, señalaba desde Arauca que acababan de comunicarle quienes venían de la costa del Caribe que hacía cuatro días MA con 60 hombres invadieron por el cajón del Capanaparo y el Caribe. Tres días después, Rodolfo C. Piña escribía desde Macanillal algo semejante: MA con 63 hombres se dirigía a San Rafael del Meta, “o sea Mata del Guanábano sus antiguos corredores, donde lo favorece mucho una isla que hay allí pues la mitad pertenece a Colombia”.[45] El 27 de marzo HFC, en T a JVG al respecto, le significaba estar organizando para enviarlo al paso del Arauca un cuerpo de infantería que no podía remontarlo pues no conseguía bestias; el 8 de abril insistía: “el bandolero Azuaje, después de cometer varios robos”, escapando de la persecución de aquella infantería, pues andaba bien remontado. HFC, preocupado por la posible repetición de incursiones de MA, “con el exclusivo objeto de cometer fechorías y robos”, recordaba a JVG que no tenía caballería, por lo que sugería utilizar el cuerpo montado de La Rubiera, el hato de JVG, si éste no lo necesitaba, situándolo en el hato La Candelaria.[46]
El temor era justificado; el mismo 8 de abril zarpó de San Fernando el vapor Amparo, el presidente del Estado pensaba poder viajar tranquilo pues MA había sido ahuyentado de El Yagual hacia el sur por el ejército; pero a las 3 de la madrugada del 9, el navío, anclado en Caicara, fue abordado y capturado por los insurgentes que lo venían siguiendo en 20 curiaras, sorprendiendo al general Delgado que ni soñaba con un ataque. MA utilizó el vapor hasta el 10 para que su gente cruzara el río hasta Cabruta, donde aseguró tener bestias para internarse en el Guárico, “en espera de acontecimientos que debían verificarse el 19”; MA acopió armas y pertrechos en esos lugares, aumentando considerablemente un parque, ya colosal, para los ciento y pico de hombres que tenía al salir de Colombia.[47]
Como de costumbre estas noticias generaron cantidad de rumores y medidas preventivas. El 13 MS, en T desde Calabozo dijo que consideró oportuno ordenar recoger todas las bestias que veraneaban por aquellos andurriales. HFC, en T el 19 desde San Fernando señalaba saber por un espía que MA seguía cerca de Cabruta recogiendo gente y bestias y que estaban concentrándose facciosos junto a la frontera colombiana. El 20 Delgado informaba, siempre desde Ciudad Bolívar, que según un comerciante procedente de Caicara MA salió, no para el Guárico, sino vía el sur, “buscando hacia Guaramaco donde dejó la remonta”; también se sabía, por el mismo MA, que se estaban concentrando dirigentes rebeldes en la frontera: EAC, CP, Julio Olivar y el coronel Mora, enfrentados por matices políticos, “parece que Azuaje anda por su propia cuenta, pues que no reconoce como superiores a Arévalo, ni Dr. Vargas y París”. MS amplió el anterior T desde Calabozo (22-4-22): las discrepancias se debían a que MA calificaba a todos los demás de godos, mientras que él era un “liberal amarillo mamey [rabioso]”.[48]
Una vez más los insurgentes sorprenderían a los gubernamentales: las siguientes noticias eran ya de la entrada, el 29 de abril por la noche, de MA con unos 90 hombres en Valle de la Pascua, donde pidió un “empréstito a los comerciantes del Guanábano”. De la noticia transmitida por el telegrafista parece desprenderse que se quedaron hasta el 2 de mayo, en que salieron vía Tucupido a las 8 am llevándose tres automóviles y estropeando los que quedaron en Valle; el informante añadía no haber podido salvar los aparatos, pues le sorprendieron y se escapó por los pelos. El mismo 2, MS, en T de Calabozo a la Pascua, acusaba recibo de las novedades y notificaba haber ordenado a Hurtado, en Chaguaramas, organizar una tropa, mandar espionajes y recoger bestias; Hurtado respondió el 3 que le era imposible, pues ya MA se llevó todas las disponibles.
También el 2, a las 9 am, 18 facciosos motorizados entraron en Tucupido (salían dos horas después para Zaraza) y a las 12 entró MA con 130 hombres de infantería y caballería, “regularmente armados”, que partieron a las 5 pm. El 3 MA llegó a Zaraza, donde se quedó dos días, destruyó la oficina del T y buscó ansiosamente al telegrafista, sin encontrarle pese a registrar varias casas de la vecindad. El día 4 llegó y salió del Chaparro, el 5 pasó por San Felipe, vía Matas Altas y el 7 salía de Santa María de Ipire, donde estuvo un día, camino de Suata.[49]
El 5 desde Chaguaramas, T a MS en Calabozo, el comisario de Las Mercedes dijo haber pedido infructuosamente bestias en Barrancas y La Melena, pues todos los propietarios andaban huyendo con sus animales.[50] Herrera, en T al general Uribe desde Santa María el 8 sobre la entrada en la población de insurgentes el día anterior; afirmaba “Azuaje anda en muy malas condiciones, me parece que no carga parque. Numero crecido, armado y más nada”; al contrario, alarmó mucho a las autoridades que a la llegada de los insurgentes “estuvo punto de sublevarse un cuartel del cual se fugaron diez armados”. Según un espía de Guaripa, el mismo 8 los “revolucionarios” pasaron vía Manantial y según un espía de Potrerito, de Roble Gacho buscaron vía Morichito. Por su parte, Mariano Carreño, T desde Santa María al jefe civil de Zaraza, le informó que los de MA se disgregó y andaban por distintos derroteros, pero aparentemente en círculo, pues Herrera G. envió otro T el 11, desde Santa María, enfatizando “a una legua de aquí hay gente enemiga. Me retiro llevándome aparatos”.
Mediado mayo llegaron, por enésima vez, inquietantes informes de distintos lugares de la República y el 17, desde Guayabal, vía Calabozo y San Juan, anunciaban a Caracas la preparación de un asalto a San Fernando que mento en el próximo apartado; parecía “cosa del pueblo” combinado con Julián Yrisma.[51]
A partir de este momento las noticias sobre MA son dispersas y confusas, y más de una vez entremezcladas con los informes sobre San Fernando. El 17 de mayo se aseguraba que estaba en San Diego en dirección a El Chaparro; el 18 que se dirigía hacia Santa Clara; el 21, desde Santa Ana de Barcelona, decían que merodeaba con 150 hombres bien equipados por Majomito, entre Santa Clara y Pariaguán, tras haber saqueado San Diego, Ariví y Santa Clara; el 22, desde Santa María informaban se encontraba en El Pao; el 24 llegó a Soledad, frente a Ciudad Bolívar, donde recogió bestias, dinero y otros efectos y volvió hacia el norte; el 26 salió de las cabeceras de Moquete Caldereño hacia el río Caris, no se sabía si hacia Pariaguán o Cantaura y el 27 se le situaba en ésta.
Como ocurrió con quienes perseguían a EAC, las fuerzas represivas iban siempre echando el bofe, mientras los perseguidos realizaban un tranquilo paseo. Desde Cantaura, el 29 de mayo, Marco A. Moros, T a JVG: “después de una forzada marcha por ver si le dábamos alcance a Azuaje hemos llegado a ésta teniendo que dejar algunas bestias cansadas en el camino y por la misma razón no seguimos persecución. Azuaje salió de ésta ayer a las 5.30 por vía Santa Rosa hacia Maturín. Ya lo llevábamos muy cerca y si se da una corta parada le daremos alcance”.
Pareció que así ocurría y el 30 de mayo MS, desde Calabozo, en triunfal T a JVG afirmó que el general Giménez derrotó a MA en Chiquinán, jurisdicción de Cantaura, “dejando en el campo armas, bestias, heridos y muertos, entre estos últimos el propio hijo de Azuaje”; pero desde la misma Cantaura, un T a Aragua, ofrecía una óptica menos optimista: “parece que nuestras fuerzas pelean con desventaja por estar facciosos atrincherados en corrales y en buenas posiciones”. La euforia inicial duró otra vez bien poco y el 2 de junio Arca Silva, T desde Cantaura, daba “noticias verídicas”: MA pasó el 31 de noche por San Manuel, “bajó a Chupururo y siguió a La Centella arrastrando con todo./ De este punto, probablemente seguirá casa de Cipriano Medina, costo de El Tigre [...] o buscará vías de Guepe”.[52] El 5 pasó por San Diego de Cabrutica, el 9 por Cuchillita, a nueve leguas de Santa María, con cien hombres y recogiendo bestias. Y de nuevo volvió a moverse en círculo: el mismo 9 habría pasado por Altamira y el 10 estaba en Los Yagüeyes a 3 leguas de Guanipa, muy cerca de El Tigre. Según Morros, el 14 fue alcanzado por el general Veracoechea cerca de La Busca, “derrotándole completamente”, tras hora y media de pelea, y le habría tomado armas, bestias y algunos hombres.
Poco después MA andaba por Suata, vía Mapire, pero del redactado de las noticias posteriores parecería desprenderse que su gente se dispersó y sufrió algún percance. El 29 de junio MS, en T a JVG, informó que el general Toro Hernández hizo prisionero al general Gerónimo Herrera, segundo de MA; según otro T, del 1-7, detuvieron también al comandante Miguel Ledesma en jurisdicción de Tucupido; y el 2 le significaba que ordenaron perseguir al general Cándido de Armas, por el distrito Zaraza y a algunos más, incluido MA, pues tenía información de que andaba huyendo sólo con su hijo y a pie, “porque toda la gente se le desbandó”. Los días 5 y 6 se notificaron nuevas detenciones; el 11 informaban que la búsqueda era por las montañas Atapirire, interior de Anzoátegui, dirigida por un general y dos coroneles, a la vez que aseguraban que ya no quedaba insurgente alguno en el estado Guárico. Pero dos días más tarde volvía el pesimismo: el 13, un T a JVG notificaba insatisfacción pues aún no se consiguieron resultados definitivos.
No hay más información hasta el 24 de julio, en que Rodolfo C. Piña, T a MS, desde Santa María, le comunicó lo que supo el día anterior: de Armas iba hacia las costas del Orinoco por la vía de Trujillo y MA andaba por aquellas soledades.[53] Y repentinamente, el 8 de agosto MS acusaba recibo de un T de JVG señalándole que MA y su hijo llegó a la isla de Trinidad. El 12 VPS, en T a JVG informaba al respecto: en Mamo embarcó en una curiara indígena y descendió por el Orinoco hasta Boca Grande, “remontó por el Barinu y llegó a Morajuana, en Guyana, a principios de agosto, de donde salió para Trinidad.
Fue imposible detener a Cuello e Pana, algunos de sus hombres fueron sorprendidos (MS hablaba de 56 y 105 detenidos políticos el 26 de julio y el 3 de agosto, mezclando los de MA con los de la batalla de San Fernando), se dieron salvoconductos a algunos llaneros que eran más peligrosos detenidos que libres, por lo que los sanguinarios gomecistas preferían ser tolerantes con estos irreductibles centauros.

3.3. La batalla de San Fernando
Incursiones de EAC y MA demostró que los llaneros seguían siendo invencibles en su ámbito, pero si las tropas gomecistas eran incapaces de darles alcance y derrotarles en campo abierto, tenían recursos suficientes para mantenerse en las capitales. De ello sería una prueba la batalla de San Fernando, en especial porque en este caso no se trató de una demostración de rebeldía, sino de una intentona de políticos que, finalmente, acabó en tragicomedia.
Precedió algún rumor, pero podrían considerarse primeras noticas las de mediado mayo de 1922. El 19 HFC, en T a JVG, desde San Fernando, notificaba el descubrimiento de “un plan revolucionario”, para el 17, encabezado por Waldino Arriaga Perdomo, quien consiguió escapar, si bien tenía algunos detenidos; añadía que los conspiradores esperaban alguna revuelta en Caracas y otros lugares.[54] El 20 MS, T a JVG, en clave desde Calabozo, decía haber recibido otro T de HFC: se preparaban invasiones desde la costa del Arauca y la del Capanaparo y entraron el 19 en San Juan de Payara. MS lamentaba carecer de armas, pues todas se las llevaron quienes andaban en persecución de MA. El mismo 20, desde Nutrias, daban más detalles: los rebeldes invadieron el 13 por Elorza, siguieron por la orilla del río abajo y cruzaron el 16; iban comandados por CP, Parra Pacheco, Pedro José Fuentes, Marco César Mora, Fermín Toro, Aria y Pavón. El 19 avanzaban desde San Juan de Payara con unas 400 personas, pensando no tener dificultades por la indefensión de San Fernando. Gerardo Galletti, jefe del Estado Mayor General de las tropas de JVG, en T desde la ciudad el 21-5-1922,señalaba que cuando se supo del ataque, “un numero entusiasta de amigos de Usted, entre los cuales figuraba una plana mayor de los jóvenes más distinguidos de esta sociedad [capaz propietarios y comerciantes], rodearon acto continuo al ciudadano Presidente del Estado”, sumando 150 con soldados, policías y burócratas y, por su escaso número, se concentraron en el cuartel y sus inmediaciones.
El ataque empezó al mediodía. Tras un largo tiroteo, los atacantes, a las cinco de la tarde, se retiraron a Biruaca dejando 50 muertos y 100 heridos. Añadía Galletti que el resultado fue “tranquilizado a la familia apureña, quien se hallaba conturbada por los saqueos y robos que efectuaron los facciosos”.
En efecto, el 25 de mayo la gente de orden, catorce personas, enviaron un oficio a JVG al respecto, “los suscritos, comerciantes, y elementos en su mayor parte extraños a la política del País, nos permitimos significarle la satisfacción que experimentamos por tener al frente de los destinos del Estado Apure, a un hombre de los quilates del doctor Hernán Febres Cordero./ La invasión que organizada en Arauca invadió nuestro Estado, estaba constituida por una pandilla de facinerosos y criminales de más de 400 hombres, cuyo único ideal era sumirnos en la miseria, destruyendo nuestros intereses adquiridos a fuerza de sudores y trabajos [...] pero la mano férrea de nuestro querido Magistrado, después de 5 horas de ruda batalla, con 125 hombres decididos y valerosos les puso a raya dándoles a comprender que [de la misma forma que sabe perdonar] sabe también castigar merecidamente a los enemigos del orden social y de la paz pública”.
El 26 HFC escribió a JVG sobre la batalla y su desenlace: el lunes 22 los atacantes ya estaban en Apurito y regresaron a Colombia por las cercanías de Elorza.[55]
Los sucesos de San Fernando hicieron concebir a los gomecistas sueños del final de la insurgencia llanera. El 26, MRP en T a JVG le notificó lo conveniente que fue para el Llano, pues “ya dejarán de continuar sus amenazas constantes de invasión”. De nuevo la esperanza duró poquísimo; tres días más tarde, el 29, en T a JVG desde San Carlos, le avisaban haber recibido del jefe civil de El Baúl información sobre unos 400 insurgentes, dirigidos por Parra Pacheco, CP y Fuentes, que pasaron de Apurito a Arismendi. El mismo 29 llegaron a Caracas varios T sobre una refriega en Nutrias y al día siguiente el general Uzcátegui, T a JVG desde Nutrias, avisaba haber derrotado completamente a los rebeldes; pero otro T de IFC a HFC, fechado en Barinas el 30, matizaba la victoria: Uzcátegui, tras 9 horas de pelea, “se retiró ayer tarde de Nutrias hacia Dolores, en perfecto orden, haciéndole muchas bajas al enemigo al cual quitó caballos y armas”; estaba cortada la comunicación con Palmairito y Guasdualito; terminaba pidiendo refuerzos del Apure para liquidar definitivamente a los rebeldes, que seguían en Nutrias. El 30 HFC se quejaba a JVG pues los generales Tovar García y Lago no detuvieron a los atacantes cuando salían derrotados de San Fernando.[56]
Noticias dispares no aclaraban en absoluto la situación. El 1 de junio, desde Nutrias, Julio Meléndez decía que los batidos en esta población repasaron el Apure y se incorporaban al “cuatrero” Roque Puerta; desde dicha población Laurentín aseguraba que los facciosos se fragmentaron en pequeñas partidas de 4 ó 6 personas y cruzado el río “en completo desorden, muy mal equipados, a pie y sin sombrero”. IFC, desde Barinas, hablaba de cien y pico rumbo al Guárico, que andaban “en organización”. El 4, desde San Carlos, un T decía que estaban cerca de Arismendi “maltrechos y con las bestias cansadas”. El 5, que entraron en Guadarrama y el ejército les tiroteó, y el 8, que les hicieron 4 prisioneros, entre ellos una mujer.
No he hallado más información sino de doce días después. Aparentemente el grueso de los insurgentes fueron derrotado en el estado Barinas, pues el 20 IFC, en T a JVG en clave, le señalaba que hacía 4 días llegaron los dirigentes de los vencidos, entre ellos Parra Pacheco, quien se ofreció a IFC para contar todo lo que sabía si le libraban de ir a presidio. La trama se habría iniciado en Cúcuta, pensaban tomar San Fernando y Barinas y solicitar de inmediato a Washington “reconocimiento de la beligerancia”, seguros de obtenerla: EAC estaba detenido en Sogamoso por autoridades colombianas, que desconfiaban de él, aunque contaba con el apoyo de algún miembro del gobierno y, por encima de todo, con el de Benjamín Herrera, dirigente liberal. JVG ordenó a IFC interrogar de nuevo a Parra Pacheco, el 21, para que dijera todo lo que sabía y “no tener que hacer uso de violencia”; Parra Pacheco añadió que Arriaga Perdomo “les había salido al encuentro y en la marcha les dijo que acababa de llegar de Caracas donde se había entendido con el doctor Carlos León y que podían contar con que en otras partes serían secundados”, que los hermanos Arriaga Perdomo podían dar más información, y, a continuación, contó todo lo que sabía y algo más. El mismo 21, HFC en T a JVG, transmitido a Barinas, decía imaginar que la delación de Parra Pacheco no era completa; sabía, por otros interrogados, que hubo abundante correspondencia con EAC y CP y que aquél mandó 20.000 bolívares para comprar parque, donados por sacerdotes colombianos.[57]
Este ensañamiento con Parra contrasta notablemente con el talante adoptado con otros detenidos. Así, MS T a JVG, el 22 de julio desde Calabozo, que no conocía implicaciones políticas anteriores del general Fermín Toro, por lo que recomendaba clemencia.[58]
HFC T a JVG, 1-7 desde San Fernando; una de las patrullas que salió persiguiendo rebeldes detuvo al coronel Leopoldo Molina, “uno de los pájaros que interesaban mucho”, compañero de Andrés Franco. También el 1, IFC T a JVG desde Barinas congratulándose por la captura de CP, que “invadió recientemente por Apure sin más objeto que el de cometer depredaciones de todo género y perturbar la vida de orden y trabajo de las regiones del llano”; añadía que CP fue durante largo tiempo el principal instigador de repetidas entradas y devenido amparo y sostén de cuanto bandolero pasaba la frontera huyendo al merecido castigo de sus crímenes o impelido por sus hábitos de vagancia y de desorden y añadía: “Para el Llano y principalmente para Apure la captura de tal cabecilla es muy importante porque elimina por completo el temor de futuras perturbaciones del orden y el hijo de las pampas podrá entregarse por completo a sus labores bajo la égida protectora de la política de paz y garantías que Usted ha implantado en el país”.
Pero la zozobra para los gubernamentales no terminaría nunca. El 19 de julio Rogelio Luna T urgente, del Amparo a San Fernando, a HFC: “Tengo informes fidedignos de que por los lados de Laguna de Término y Capanaparo a inmediaciones de la frontera colombiana merodea un bando corno de 30 ó 40 individuos armados y capitaneados por un tal De Suse, oficial del faccioso Arévalo Cedeño. Estos individuos son unos de los que escaparon al desastre que sufrieron últimamente y los otros prófugos de Colombia que han logrado burlar la persecución de la gendarmería colombiana”.


* Ayudas a la Investigación de la Universidad de Barcelona y del Instituto de Cooperación Iberoamericana permitieron trasladarme a Venezuela donde, al margen de reiterados desplazamientos al Llano, utilicé una pequeña parte de la información conservada en Miraflores, cuyo personal y, muy especialmente su directora la Doctora Nora Bustamante, me atendieron con una eficacia y una amabilidad desusadas.
En dicho Archivo Histórico de Miraflores (en adelante AHM) consulté correspondencia y telegramas (en adelante C y T) de marzo de 1921 a agosto de 1922; teniendo en cuenta que ésta ha sido prácticamente la única fuente archivística consultada, he abreviado cuanto he podido el aparato critico; utilizo la T como abreviatura de telegrama y todos sus derivados y también he abreviado, utilizando sólo las iniciales, los nombres de las personas que aparecían reiteradamente.
** Lluís Llach i Grande (1948) cantoautor popular catalán, intelectual de canto comprometido
Venimos del norte, venimos del sur,
de tierra adentro, de allende el mar
y no creemos en las fronteras
si detrás hay un compañero.
Venimos del norte, venimos del sur,
de tierra adentro, de allende el mar
y no nos conduce ninguna bandera
que no se llame Libertad! (Nota AGS)
[1] A pesar de la trascendencia del periodo gomecista no se ha realizado todavía un estudio de conjunto. La abrumadora cantidad de información conservada en el Archivo Histórico de Miraflores, prácticamente no consultada, quizás apabulla a posibles investigadores.
[2] AHM, C, 22-7-21,copia mecanografiada del proyecto; 26-10-21y 2-11-21, cartas a JVG de J. Victoriano Jiménez y de los comisionistas Alano-Ybarra, fechadas en San Felipe y Caracas, notificándole que recorrió con un ingeniero de la UFCO el litoral del Yaracuy a Tucacas y él de Barlovento en busca de terrenos aptos para el cultivo del banano.
[3] Bastará, pongo por caso, una ligera prospección para los años 1909 y 1910 en el Archivo Histórico del Congreso: contratos del ejecutivo con Esteban Herrera Sucre “para el establecimiento de una industria de carnes congeladas en el país” o con Vicente Noguera Ortiz “para establecer la industria de fabricación de extractos de carne”, 597, 17-21, 599, 2-23, 605, 265-283, 610, 17-35 y 405-414, 617, 24-34, 631, 79-99 y 635, 11-15.
[4] Mi amigo el profesor Simón Sáenz Mérida opina que Gómez no modernizó Venezuela puesto que la libró al capitalismo extranjero. Pienso personalmente que la modernización de un país capitalista periférico pasa necesariamente por la dependencia, cfr. su prólogo a Luis Cipriano Rodríguez, Gómez: agricultura, petróleo y dependencia, Caracas, 1983, Tropykos, 3-20.
[5] Así, y para citar unos pocos casos, el 24-5-21 desde París le enviaron información y una fotografía de hidroglisadores Farman, embarcaciones que se desplazaban sobre patines gracias a una hélice aérea; el 2-7-21 le telegrafiaron desde Barrancas que acababa de aterrizar el primer hidroavión que amerizaba en aguas venezolanas, un aparato de la British Controlled Oilfied Ltd. que entre Cristóbal Colón y Barrancas había invertido 1 hora y 45 minutos y en mayo de 1922 le informaban que el capitán Tieschi “jefe de la misión militar de aviación” se trasladaron al Llano para examinar un “aeródromo y campo de aterrizaje” de Calabozo y San Fernando. En el mismo momento en que Marcial Azuaje se burlaba estrepitosamente de quienes le perseguían, podía pensarse que la aviación facilitaría la localización de los escurridizos.
[6] Bastarán como ejemplo dos telegramas y una carta. El 30-4-14 telegrafiaban (en adelante T) de Nirgua a San Felipe al presidente del Yaracuy lamentando que sólo disponían de 20 maussers y mil tiros con los que sería imposible rechazar a unos rebeldes procedentes de Cojedes y pedían más del doble de armas pues tenían gente “de valor y confianza”. El 6-5-21 Manuel Sarmiento (en adelante MS), presidente del Guárico, T a JVG acusando recibo de camiones con pertrechos, para hacer frente a una de las insurgencias de las que hablaré en este artículo; y al año siguiente (30-5-22) J. Francisco Castillo (en adelante JFC), secretario del Guárico, escribió a JVG, también desde Calabozo, deplorando que sólo tenían 36 maussers de repetición y 120 sencillos, éstos últimos están en buen estado y los que quedan útiles están sin dotación de cápsulas; y añadía a continuación: “Bien sabe Usted mi general, que en todas ocasiones, tanto personalmente como por correspondencia le he hablado como a mi jefe, con el mismo lenguaje de sinceridad y de confianza que se le habla a un padre; es por eso que me permito someter a su consideración la conveniencia de cambiar algunos maussers sencillos por otros de repetición y proveernos de cápsulas, para estar en capacidad, en un momento dado, de hacerle frente a cualquier contingente que pueda ocurrir”; también hacía constar la escasez de gasolina, lo que les daba poca autonomía. Para una cabal idea de esta problemática, téngase en cuenta que un parque abundante con poca guarnición podía ser un peligroso incentivo para los insurgentes, véase T de Vicencio Péres Soto (en adelante VPS), presidente del estado Bolívar, a JVG, Ciudad Bolívar, 5-8-21.
[7] Entre la correspondencia conservada en el AHM es abrumadora la cantidad de información desde los consulados y sólo copio alguna muestra: el 10-8-21, González Pacheco le escribía desde San Juan de Puerto Rico sobre rumores que corrían en esta isla de la insurgencia que se preparaba en Apure y en el resto de la República y que existían conspiradores en todas las Antillas, “pues es bien sabido que los revolucionarios tienen allí sus madrigueras y que todo vienen a dilucidarlo en Puerto Rico, que es el punto más estratégico para ellos, por su situación topográfica, las facilidades de sus puertos, el constante ir y venir de las goletas y los barcos mercantes de poco porte”. Una semana más tarde, Santos A. Dominici escribía desde Washington: recibió informes de Berlín, vía Holanda, de opositores que, respaldados “por capitalistas franceses y holandeses a quienes han prometido grandes concesiones de minas de petróleo en Venezuela”, seguían activamente en sus planes para derrocar al gobierno. Naturalmente los opositores a una dictadura que fue la tiranía por antonomasia de su época, contaron con la ayuda desinteresada de revolucionarios de otros países. El 20-10-21 el cónsul de Colón enviaba copia de una nota transmitida a la compañía de vapores italiana, La Veloce, y a otras, ordenando que se abstuviesen de vender pasajes para Venezuela a personas como el peruano Guturra, “agitador socialista” o el suizo Oswaldo Ciuelde, “bolcheviquista”, adjetivo con el que siempre obsequiaban a los mexicanos. El 4-11-21 le hacían saber a JVG desde New York, confidencialmente, que el general Obregón y Vasconcelos ayudaban, desde México, a exiliados venezolanos. La decidida actuación de los gobernantes aztecas frente al Benemérito era uno de los temas favoritos de sus informantes en el exterior.
[8] El orden de Gómez era peculiar, iba desde la persecución que acabo de mentar hasta organizar la vida económica en los más pequeños detalles. A mediados de 1921 aconsejó a todos los ganaderos castrar a los novillos y prohibió la comercialización de toros para ceba y degüello provocando un aluvión de cartas ensalzando y loando “tan acertadas” determinaciones. El 1-9-21 el hatero Juan M. Iturriza, desde Valencia, a la vez que se declaraba partidario suyo, decíale encontrarse “dispuestos a servirle en lo que pueda creerme útil ya sea en el honroso camino del trabajo, o como simple soldado para el sostenimiento de esta bendita paz que Usted ha sabido conservar para nosotros y para el progreso de este país”. Naturalmente aquellas medidas cundieron, el 5-6-23 el presidente del estado Bolívar le enviaba un decreto del 28 anterior encaminado a mejorar los métodos de extracción y desecación de pieles de vacuno, pues últimamente se exportaban muy deterioradas y menospreciadas. En esta misma línea algún suceso político, cualquiera de las vagabunderías que organizaba para enmascarar la dictadura, sus aniversarios o las fiestas patrias suponían unía cascada de versallescas y pegajosas felicitaciones. A raíz de una pantomima del Congreso, del 22-9-21, comerciantes, agricultores, criadores y demás ciudadanos de Parapara, distrito Roscio, estado Guárico, enviaron, 19-10, la consabida carta “reconociendo los dulces beneficios de la paz saboreada por tantos años, las agradables impresiones de un progreso constante, los óptimos triunfos de la instrucción profusamente difundida entre las masas para ilustrarlas y hacerlas conscientes, y tantas conquistas civilizadoras y tantas transformaciones saludables prestadas a Venezuela por el Benemérito General”. O, pongo por caso, al encargarse de la secretaria general del estado Guárico J. F. Irazábal (en adelante JFI) le comunicó a JVG (Calabozo, 12-11-21) que enviaron circulares a los jefes civiles de los distritos solicitando su colaboración en la política de paz, orden y garantías, ya que “El general Juan Vicente Gómez ha comprobado ante el País y ante el mundo entero que Venezuela posee elementos poderosos de orden y prosperidad, y que cometen un crimen de lesa patria aquellos que pretenden con sus insensatas rebeliones, con sus actos de bandolerismo, con sus crímenes y depredaciones perpetrados al favor del desierto en las extensas soledades de nuestras selvas y de nuestras llanuras alterar siquiera una paz fundada sobre el asentimiento general de las clases honradas y laboriosas y cada día más fortalecida por la solidaridad social que resulta del desarrollo de los intereses colectivos”.
[9] AHM, C, Caracas, 18-7-21. Añadía que el arzobispo era “la persona que mejor puede dar testimonio de cómo he lamentado yo el incidente i cuales son mis ideas i sentimientos al respecto./ En efecto, tanto mi conducta privada como mi actuación pública en el campo de las letras, me dan derecho a gozar del concepto favorable de la sociedad, pues nunca he sido sino un elemento de orden i trabajo honesto, cuidadoso de su buena reputación propia i respetuoso de las ideas i principios sobre los cuales descansa nuestra sociedad”.
[10] T de varios estudiantes significándole que no sabían iban a iniciarse estudios de medicina y dejaron tres materias del curso especial para mayo, Caracas, 8-2-22.
[11] J. Pareja y Paz Soldán, Juan Vicente Gómez un fenómeno telúrico, Caracas, 1970, Centauro, 86-87.
[12] Crisálida Dupuy, Propiedades del general Juan Vicente Gómez, 1901-1935, Caracas, 1983, Archivo Histórico, Contraloría General de la República, 155.
[13] El 21-7-21 el gerente de The Venezuelan Meat Export Co Limited, le decía desde Puerto Cabello, haber visitado sus potreros “Morón”, y preguntaba con quién debía entenderse para alquilarlos.
[14] En el AHM se conserva informe mecanografiado, sin fecha, pero datado a mano en 1921, en el que senadores y diputados se congratulaban “de la gran operación que movido Usted por fines patrióticos realizó recientemente comprándole al Señor General Antonio Pimentel sus haciendas ubicadas en los estados Cojedes, Guárico y Carabobo y cuya venta tenía él en tratos con un sindicato extranjero”; decían saber que con la operación JVG comprometió su crédito personal y que era también propietario de los Hatos del Caura, en las márgenes del Orinoco en el estado Bolívar; que pensó en la posibilidad de que los vendiera a la nación por 17 millones de bolívares; deseaban proponerlo en el Congreso pero querían conocer previamente su opinión. JVG respondió que las fincas de Pimentel, habitadas por 13.000 personas, las compró en 35 millones de bolívares movido sólo por interés patriótico, aunque él no era enemigo de la entrada de capital extranjero y que quería vender el Caura, valorado en 20 millones, que adquirió muy barato, pero cualquiera sabía cómo subió de valor la tierra “merced a la paz que me ha tocado la fortuna de implantar”, aunque estaría dispuesto a vender por 17 millones.
[15] Juan Vicente Gómez, 95.
[16] AHM, T, 6-3, 2-5, 9-5, 14-6, 16 y 30-7, 3-8, 6-11-1921 y 19-1, 29-03, 24-4, 5 y 13-8-1922; C, 26-5, 1 y 10-9, 22-12-1921. Una de las cuadrillas de cuatreros era propietaria de una legua de terreno próximo a la Unión. J.E. del Corral informaba de ello a JVG (T, La Pascua, 30-7-21), significándole que vendía su propiedad y añadía: “sería oportuno comprarla, así terminarían mejor males que perjudican intereses circunvecinos, inclusive los suyos”. A. V. Vaca en T decía a JVG (Amparo del Arauca, 13-8-22) que entre los apresados con Carmelo París se encontraba el venezolano Teodoro Rodríguez, alias Pelón, con mujer y ocho hijos pequeños, y que “Autoridades de esta frontera colombiana adeudan a Rodríguez el importantísimo servicio de haber terminado con la perniciosa cuadrilla de cuatreros y bandoleros encabezada por Baudilio Escalona, cuadrilla que tantos males causó en los hatos, tanto de Venezuela como de Colombia, por más de dos años consecutivos./ Escalona murió en el asalto que le dio Rodríguez” y concluía solicitando que se le concediera la libertad. H. Tovar Díaz decía en T a JVG (Elorza, 6-3-21) que remitía preso al “famoso ladrón. Matías Moreno, “que después de haber acompañado muchas veces a los facciosos en invasiones, quedó con otros, azotando estas regiones en distintas formas, bajo el nombre de Enemigo del Gobierno”. En C fechada en Barquisimeto, 10-9-21, se mencionaban condenados que seguían hacia la penitenciaría del Centro, acusados de alcohólicos y pendencieros, y dos jefes de cuadrillas de cuatreros, Manuel Salguero y Loreto Hernández. Hernán Febres Cordero (en adelante HFC), presidente del Apure, en T a JVG (San Fernando, 19-1-22), decíale que detuvo al criminal Joaquín Pérez acusado de un “asesinato horroroso”, haría unos 8 años, en el hato de Campo Alegre, Guasdualito, jugaron “bola después del crimen él y los cómplices con la cabeza de la víctima. Este hombre fue preso en la época del crimen y según dice el mismo y es notorio en el Estado, la madre de él le dio al General Rito Balza 20.000 bolívares y él se fugó”; el general fue jefe civil del distrito Páez y el expediente fue destruido. Una variante, que sólo conocía por las novelas, es la de cazador furtivo de garzas para comercializar sus plumas, en el AHM hay mucha referencia y sólo mencionaré alguna; HFC T a JVG (San Fernando, 6-11-21) sobre la detención de cuatro tiradores sorprendidos cerca de La Rubiera (en la noche escaparon dos) y añadía: “Debo manifestar a Usted que estos tiradores de garzas no tienen lugar fijo y lo mismo residen en jurisdicción del Guárico como en jurisdicción Apure”; el 4-8-22, desde Nutrias, los encargados de la compañía inglesa Lancashire Trust se quejaban de que una cuadrilla de ladrones tiraron sobre el garcero El Caimán. Por otra parte el gobierno venezolano recibió bastantes notas del británico, que manifestó pensaba llevar ante la Sociedad de Naciones un proyecto de resolución prohibiendo el comercio de plumas de garza para adornos (curiosamente dicho gobierno jamás protestó por los crímenes de JVG y llegó a condecorarlo como hicieron otros gobiernos y el Vaticano); la administración venezolana siempre contestó que sólo se comercializaban las plumas que se encontraban en el suelo de los garceros, de la muda. Véase, por ejemplo, C de López R. a Urdaneta, Caracas, 22-12-21.
[17] T, E. Becerra a JVG, Güigüe, 16-7-21 y C, San Fernando, 1-9-21. Un mes más tarde, en plena invasión insurgente dirigida por Vargas, Ramón E. Peña T a JVG a su llegada a Guasdualito el 12 (enviado desde Palmarito, 14-6-21): “El pueblo se ha manifestado conmigo muy contento, porque ve en mí una garantía para él; terminando así con mi venida el terror implantado aquí por otras autoridades que tanto mal le han hecho a estos pueblos, obligando a muchos moradores a abandonar sus hogares y a buscar la vida en otra parte./ Yo como leal servidor de Usted que soy me propongo implantar aquí el orden, la justicia y la honradez que es lo que Usted ha implantado en Venezuela”. Un mes antes, 13-5-21, varios habitantes de Palmarito enviaron T a JVG: “Permítanos General, elevar a la consideración de su ilustrada autoridad la súplica de un pueblo netamente laborioso, ingenuo y humilde, que desgraciadamente hallase en esta apartada región./ Es bien doloroso ver acabar un pueblo como este [...] a consecuencia de las malas administraciones por parte de jefes civiles, la mayor parte de la gente se ven obligados a huir a la vecina región de Arauca [...]. Es el caso, Benemérito General, del anterior jefe civil que acabó con las bestias de los hatos y fundaciones, consumió un gran número de ganados; a los comerciantes les quitó dinero y mercancías, a pesar de cogerse todas las rentas que produjo el municipio [...]”. Firmaban los interesados.
[18] Cfr. nota 20 para otros propietarios, algunos extranjeros.
[19] AHM, T, Soledad, 13-3-22. En el T, con los nombres de los afectados que producían cereales para Soledad y Ciudad Bolívar, denunciaban a JVG que recientemente “un reducido número de pudientes han logrado adoptar dicha zona como potreros de ganado para lechería con grandes perjuicios de nuestras sementeras y pasando por encima disposición concejo municipal”.
[20] AHM, C, Caracas, 19-5-22. La mayoría de las firmas son ilegibles, pero entre los interesados hubo quienes lo hacían en nombre del Banco de Caracas, Banco de Venezuela, The Royal Bank of Canadá, The National City Bank of New York, Hollandsche Bank voor West-lndie, Venezuela Comercial Co o la Compañía Anónima de Telares de Caracas y Valencia.
[21] AHM, T, firmado en Garcitas, 24-5-21 y transmitido desde la Rubiera dos días más tarde; finalizaba con los nombres de los 19 firmantes, quienes el 17-7 en nuevo T a JVG desde El Sombrero, lamentaban que se siguiera insistiendo en cobrarles a pesar de la intervención personal del dictador.
[22] AHM, T, San Fernando, 9-5-21; se lo notificaba a JVG “su amigo y subalterno” Sito Rodríguez López, e insistían sobre lo mismo desde Calabozo en C, 7-11-21.
[23] AHM, T, Guasdualito, 2-7-21, el jefe civil Ramón E. Peña se lo comunicaba a JVG, añadiendo que les ordenaron “me pasen la cuenta para ver la manera de pagarles cuanto antes”, de lo que no he localizado noticia alguna; decía también que en los sucesivo recurría a hatos lejanos. lsilio Febres Cordero (en adelante IFC), presidente de Barinas, comunicaba al ministro de Relaciones Interiores desde Barinas, 9-7-22, que en reciente combate en Nutrias contra los insurgentes, “el jefe de las fuerzas del Gobierno en momentos en que ya empezaba a retroceder el enemigo, prometió a los valerosos oficiales y soldados que le acompañaban que sería de ellos lo que cogieran combatiendo a los facciosos, y como les tomaron como 40 bestias cuando se declaraban en derrota y están viniendo ya algunos reclamos”, pedía el parecer del ministro.
[24] AHM, T, San Fernando, 5-5-21; C, Caracas, 11-1-22; C, 30-4-22; C, San Fernando, 11-4-22. A raíz de la primera queja intervino incluso el embajador británico, quien denunció el pillaje al ministro de Relaciones Exteriores y preguntó qué medidas tomó el gobierno “para imponer el orden i evitar esas exacciones”. De momento decidieron responderle verbalmente que los causantes eran “cuadrillas de ladrones que asaltan pueblos i lugares indefensos para robarles i que el gobierno con una fuerza respetable les persigue activamente, pero que evaden todo encuentro con tropas del Gobierno i cuando se ven muy acosados se asilan en territorio colombiano”, C, V. Márquez Bustillos (en adelante VMB), presidente provisional de la República, a JVG, Miraflores, 13-6-21.
[25] AHM, C, M.M. Linares a JVG, 3-6-21, Julio J. Pavia a JVG, 4-6-21, E.B. Rosales y Martin Matos Arvelo a JVG, Cúcuta, 15 y 19-6-21; César E. López a JVG, San Carlos del Zulia, 12-8-21, y T, Uribe a JVG, Caracas, 17-8-21, transcribiéndole un telegrama de Santa Bárbara; C, presidente del estado a G, Barquisimeto, 31-8-21, y San Cristóbal, 7-9-21; Hugo Fonseca Rivas a JVG, Carúpano, 29-9-21, jefe civil municipio Sanare a jefe distrito, Sanare, 30-9-21, Barranquilla, 17-10-21, T de Uribe UM, transcribiéndole uno de Barcelona, 24-11-21, C, de San Cristóbal, 10-12-21, T de Gregorio Guzmán a general José R. Luque (transcrito por Uribe a UM), 12-12-21, Uribe a UM, transcribía otro de Barcelona a San Fernando del 24-12-21, MS a JVG, Calabozo, 19-1-22, Lander, Arreaga y los demás a G, Zaraza, 21-1-22.
[26] Véase, pongo por caso, T de HFC a JVG, San Fernando, 24-1-22.
[27] El informante añadía que además del derecho internacional, con dos “pueblos que tienen vinculaciones tan estrechas i que han de defender en no pocas ocasiones intereses que les son comunes en el orden material, aparte de los mui altos intereses morales, como son los de la Raza i de la lengua i sin hacer recuento de los sacrificios i heroicidades que los hermanan en la Historia i en la epopeya”.
[28] A.M. Sánchez T desde Las Bonitas el 4, asegurando que el 2 a las 5 pm los insurgentes abandonaron Caicara arriba, lo que sabía por Jesús Flores, capitán del barco Centenario que tenía cuatro meses preso de los rebeldes; el 8 VPS, desde Ciudad Bolívar, significaba a JVG que esta noticia era completamente contradictoria con la que transmitieron sus espías y se temía un engaño; a las pocas horas VPS envió otro T: acababa de llegar el patrón del Centenario y confirmaba, sin lugar a dudas, la primera noticia; el mismo 8, HFC en T a JVG desde San Fernando, opinaba que VPS debía perseguir a los insurgentes con el vapor Miranda, pues temía que pretendieran invadir el Apure, lo que impedía salir río abajo o abandonar el estado. El 9 VPS en T, informó, una vez más, que los rebeldes regresaron a Caicara el 4, donde quedaron hasta el 5, situándose luego en Cabruta, esperando tranquilamente un asalto de los gubernamentales. El 11 VPS en T a JVG le decía que llevaba días preparando una expedición con vapores, que los facciosos regresaban a Colombia por el Meta, hacia donde debía dirigirse HFC por tierra, mientras él iba allí por el río, para lo que debió organizar una leva forzosa. Posteriormente fueron llegando nuevos telegramas ampliando la información o contradiciéndola, el 13-5 HFC decía a JVG que Esteban y Daniel Rojo, peones de Manuel Sánchez, el socio de JVG, junto con Paulino García, Juan Runa y un negro Cayetano, se desertaron de los facciosos en la plaza de Cabuyare, “informan que cargan dos lanchas motoras, 2 balandras y el bongo Caribe; robaron en Caicara la casa americana Venezuela Comercial. En Puerto Carreño eran como mil hombres y allí dejaron cuando bajaron una buena madrina de caballos, custodiada por un piquete. Mucha deserción. En La Urbina están, según me informa el último espionaje”. Al día siguiente Uribe transcribía a UM un T, enviado desde Cazorla a Caracas vía Sinanca, La Rubiera, San Juan, con las noticias transmitidas por Rafael Alfonzo que venía de Boca de Apure, donde estaban él y su hermano comerciando, cuando les sorprendió la revolución y se llevaron al hermano con la curiara y los corotos; él se salvó por haberse desertado./ Dice que la revolución salió de Puerto Carreño con 800 hombres a Caicara, llegaron con 1200 y han reunido allí 1300 que cargan un millón de tiros, 2 “faltas” de 500 quintales cargadas de armas./ Donde llegan convidan a los hombres y si no se van los reclutan. [Añadía que los jefes conocidos] victorean a Arístides Telleria y a Ortega Martínez. [Llevaban dos embarcaciones a motor] una que no coge sino dos hombres muy pequeña, pero muy ligera, con el fin de alcanzar lo que ven./ Ayer salieron todos con el plan de tomar a San Fernando de Apuren”. Especificaba que las faltas eran embarcaciones grandes. Por esta misma época hubo algunas noticias de forajidos. El 3-5-21, HFC en T a JVG, desde San Fernando, decía “acaba de llegar espionaje que mandé a las costas del Capanaparo, trajo presos a Anselmo Santana, uno de los cabecillas del asunto del Yagual, les acomode a cada uno un par de hermosos grillos”. El mismo día, desde Soledad, Evaristo García, en T a JVG decía que llevaba tiempo tomando medidas para sanear el distrito de cuatreros; el 27 anterior capturó a Tomás Hurtado en el hato San Antonio; lamentaba que el ejecutivo del estado no respondía a sus informes, “lo que me obliga a dirigirme nuevamente a mi jefe para que su autorizada voz sea como siempre la guía de todos mis actos”.
[29] El T añadía: “Cualesquiera que sean las razones del fracaso, el único responsable soy yo [...] marcho con gente a San Fernando obedeciendo orden recibida para probar a Usted [...] que más que hombre sin nociones de honor, de telegramas agresivos, sin autoridad moral para ningún acto humano y de sueños de mala ley, escuchados por el miedo y la envidia, soy soldado honrado, dispuesto siempre a cumplir con hechos y no con frases laudatorias los compromisos contraídos”.
[30] Si la pretensión de los insurgentes era desbarajustar al ejército, lo estaban consiguiendo. El 6-6 Antonio Paredes Pulgar en T a JVG desde Palmarito, le informaba que desocupó Guasdualito en dirección a San Fernando cumpliendo las órdenes de MRP, que maliciaban que las dieron a los insurgentes. Al llegar a Palmarito recibió una contraorden de HFC, que le llegó a través de IFC, responsabilizándole de haber abandonado Guasdualito; como descendió por el río estaba buscando caballos para regresar; pedía a la vez refuerzos pues se suponía inferior al enemigo. El 9-6 el mismo Pérez Pulgar, desde Palmarito, decía a JVG tener informes de que los “facciosos habían ocupado Guasdualito, después de haber capturado al coronel Joaquín Santos”. El 6, IFC desde Barinas, solicitó desesperadamente munición para sus armas y creyó podían llegarle por Barquisimeto y Guanare. Y el 7 Joaquín Santos dijo en T que, 28-5, salió de Guasdualito hacia Elorza donde pensaba encontrar a los rebeldes, aquí supo del ataque a Bruzual, allí se dirigió y, cuando estaba llegando, le informaron que se retiró hacia Palmarito y de aquí a Elorza.
[31] No concuerdan las fechas, ya el 23 Coronil dio la noticia desde Bogotá: el 22 los insurgentes derrotados llegaron a El Amparo y rumores sobre lo mismo recibió Uribe desde Nutrias el mismo 23. Curiosamente MRP escribió a JVG, desde San Fernando, copiándole T a HFC el 18 de Coronil: “Ruégole enterarme verdadera situación Gobierno i revolución para saber manejarme aquí, pues prensa publica telegramas Fidel Betancourt i CP corresponsal sobre triunfos revolución. Dicen cogido inmenso parque en la Ceniza a Usted i a comandante de Armas en Médano Alto i Campo Alegre sin contar sorprendente Río Negro; que hubo encuentros fuerzas Gobierno con Doctor RV i CP en Capanaparo i Guaramaco, triunfando revolución. Mi solidaridad de causa, mis deberes oficiales del papel que desempeño en los actuales sucesos, en que obro también como soldado, me colocan en la necesidad conocer la estricta verdad”. MRP proponía a JVG la siguiente respuesta, sometiéndola a su consideración: “publicaciones prensa esa capital absolutamente falsas. Facciosos deben estar ya asilados esa República como prueba inequívoca de su fracasada aventura, donde sólo han conseguido ratificar la solidez y estabilidad de esta situación política que con el aplauso y el cariño de todo venezolano patriota sigue acertadamente nuestro Benemérito Jefe Civil Juan Vicente Gómez”. Mencionaba robos y crímenes, y añadía: “Su actuación militar fue la siguiente: avanzaron pegados a la línea fronteriza esa República, donde se refugiaban al menor amago de persecución” y el resto habría sido un rosario de triunfos de los gomecistas.
[32] Sobre estas discrepancias crf. E. Arévalo Cedeño, Viva Arévalo Cedeño. (El libro de mis luchas), Caracas, (1979), Seleven, 125-140.
[33] Posteriormente, 7-9, la Compañía Anónima Venezolana de Navegación, a través del Ministro de Guerra y Marina, presentó factura de 162.500 bolívares por haber prestado tres vapores al gobierno, el Apure y el Arauca a disposición del presidente del estado Bolívar del 4-5 al 3-8 y del 11-5 al 3-8, y el Amparo al del estado Apure el 16 y 17-8.
[34] AHM, T, MRP a JVG, San Fernando, 14-7-21; el 13 HFC, en T a JVG le manifestaba que ordenó a La Rubiera poner a salvo todas las bestias del hato de JVG y demás propietarios.
[35] Durante esta nueva invasión insurgente, como en otras, cundió el pánico doquier y hubo conatos de rebelión en distintas localidades. Alguien de firma ilegible escribió a JVG desde Ciudad Bolívar (7-10-21) diciéndole que tenía días pensando que debía visitarlo en Maracay, pero que “la montonera que sin ideales, ni principios y que sólo por espíritu de especulación vergonzosa encabeza el faccioso EAC, me impidió por los momentos cumplir con lo que considero un deber de sectario de la causa de diciembre”. El 13-10 J. Machado escribió a JVG desde Altagracia de Orituco señalando que se acercó a la población una partida de EAC, sin poder explicarse cómo llegó hasta allí. Días antes, el 5, Alejo Montilla desde La Rubiera, T a MS en Calabozo, denunciaba un estallido revolucionario preparado por Hermógenes Castillo, abortado el día 2, aunque éste pudo escapar. El 6 hubo un asalto, fracasado a Elorza; el 13 transmitieron desde Ciudad Bolívar una carta de Francisco Méndez fechada el 8-9 en San Fernando de Atabapo, significando que para acabar con los grupos revolucionarios debía recorrer constantemente la frontera con Colombia.
[36] Como en circunstancias similares, la presencia de una facción alteró el comercio ganadero. De Barcelona, un T urgentísimo a Guanapa, 14-10, ordenaba recoger caballos y mulas y concentrarlos en Clarines, medida que se tomaría de acuerdo con los propietarios, pues “el procedimiento lo impone la necesidad de conservar la paz que es lo que anhelan los elementos trabajadores de esas comarcas”, pero si alguno se mostraba reacio debía hacerse valer la autoridad. El 15 L. Godoy, en T urgente a JVG desde La Pascua sugería que los comerciantes pecuarios y los representantes de la Compañía de Congelación, preguntaban si podían realizar transacciones y si obtendrían pasaportes para caporales y peones. Godoy respondió afirmativamente y garantizando las operaciones en nombre de JVG, a pesar de estar tan necesitado de monturas.
[37] El 28-10, un T desde Río Chico, notificaba que EAC andaba por Cupira, mientras el 4-11, desde Calabozo, decían que regresó a Altagracia. Tres días antes, desde Ocumare, se mandó licenciar a la gente que se organizó dado de que EAC se dirigía hacia el Guárico y el 1-11 HFC, T a IFC, de San Fernando a Barinas, señalaba que EAC estaba cerca de Arismendi en el estado Barinas; el 4 desde Lezama MS avisaba haber entrado en Altagracia y que podía dirigirse hacia Barbacoas y El Sombrero o hacia Palenque.
[38] El desplazamiento de EAC tan hacia el norte dejó las manos libres al presidente de Apure. HFC ofició a JVG, 4-11, notificándole la delicada situación económica, pues no se recuperaron de gastos provocados por pasadas alteraciones del orden, pero también que éste se restableció totalmente. Un T al prefecto de Arauca pidiéndole hostilizara y persiguiera a los pocos cuatreros que merodeaban por aquella frontera, lo que éste realizó, deteniendo y desarmando la banda de Fidel Betancourt, que invadieron Elorza; a algunos los tenía con grillos en la cárcel de San Fernando, junto con algún cuatrero y tirador de garzas y todos estaban trabajando en obras públicas de la capital. Esperaba capturar más tiradores de garzas que emplearía en la construcción de una carretera hasta Arichuna, obra de gran trascendencia, pues era uno de los municipios “más productores del Estado”.
[39] Nuevamente la desinformación aterró a las autoridades del Llano. El 18, desde Barinas, IFC notificaba que otra vez se ordenó al jefe civil de Arismendi recoger todas las bestias y reconcentrarlas, situar vigilantes y retirarse hacia Nutrias si se enteraba de la llegada de los rebeldes. El mismo día recibía noticias de que EAC había pasado por Tiznados y con gran perplejidad caía en la cuenta que existían tres lugares con este nombre, San José, San Francisco y un tercero en la frontera del Guárico, y no sabía a cuál se refería el aviso.
[40] José Felipe Aracaya, en T a UM desde San Carlos, 24-11; recibidos varios T desde Caracas sobre la persecución de EAC, respondía: “Puede suceder que sea como Usted me dice, pero debo manifestarle [...] que la tranquilidad y condiciones en que llegó el faccioso Arévalo Cedeño al Baúl no indicaba ser perseguido de cerca, pues llegó con 341 hombres bien armados y remontados, soltó sus bestias en un potrero y cercó la población [... que tomó] y sólo vino a retirarse el faccioso a los dos días, cuando observó la aproximación de los tres pequeños cuerpos que organicé rápidamente”. Y el 30-11, Gregorio Cedeño, T a JVG desde Guanare, enfatizó “Esta gente parece que no va huyendo, pues se detiene y no toma vías rectas que son las cortas para el que huye”. El paseo de EAC por el Alto Llano siendo tan turístico que MS, presidente del Guárico, se vio en la necesidad de enviar un largo informe a JVG (Calabozo, 26-11-21) intentando justificarse: apenas tenía parque, bastantes oficiales pero pocos soldados y los que reclutaba de la región poco tardaban en desertar; tambi6n carecía de recursos económicos a pesar del apoyo que consiguió entre los ganaderos. Curiosamente, en el informe insistía en que a pesar de las circunstancias adversas, “nadie, absolutamente nadie, en el Estado ni fuera de él, tiene una sola queja de mí, ni de las fuerzas de mi mando, pues a nadie se le quitó una res, ni un grano de sal, sino bajo la garantía de serle abonado”.
[41] Mientras EAC recorría el Llano, aparentemente sin mayores dificultades, todo eran obstáculos para sus perseguidores. JFI, T a JVG desde La Unión, 6-12 (fechado el 5 en Arismendi) manifestó que luego de llegar con Godoy a marchas forzadas, por lo que la mayoría de las bestias llegaron “estroncadas” y pedía reiteradamente remontas al general Cedeño. Con imaginación increíble añadía: “Estoy dispuesto a obviar todos los obstáculos [...] de modo que si Cedeño no me envía las remontas oportunamente seguiré con toda mi gente a pié y confiando en la decisión y entusiasmo de mis tropas iré a cumplir con mi deber de desbaratar a los cuatreros”. El 6 desde Arismendi (T transmitido desde Guardatinajas el 11), L. Godoy se dirigía al presidente del estado Zamora: “Creo necesario informar a Usted que las autoridades de estos lugares, comisarios y jefes civiles los he encontrado negligentes./ Ya Usted sabrá que aquí la partida de bandoleros de EAC encontró en todo el camino real cerca de 40 bestias; tomó 18 armas grandes y botó al agua cien y pico de escopetas que encontró en la jefatura./ Hasta esta hora en que voy a salir (5 am), el jefe civil interino no ha podido proporcionarme un baqueano y uno que se me había ofrecido desde mi llegada ayer, se fue anoche con la bestia apelada; verá Usted en fin que están sucediendo cosas que hacen aparecer cuando menos a las autoridades como enemigas más bien que amigas”. Algunas acusaciones eran más graves; J. del Carmen Dávila, T a JVG desde Elorza el 14 (transmitido el 17 por Nutrias) decía cumplir con su deber como amigo informándole que tras los estrepitosos fracasos en El Baúl, La Capilla y Píritu, esperaba que los gobernantes de Zamora y Apure hubieran contribuido en el paso del Apure y el Arauca, pero que “ninguno quiso colaborar, para destruir, totalmente, al enemigo”.
[42] Naturalmente no era EAC el único insurgente al que se enfrentaba el dictador. El 27-11 un grupo de opositores ocupó por unas horas Aragua de Barcelona; el 5-12, desde Calabozo, MS informaba a JVG haber despachado 25 hombres sobre el distrito Monagas para acabar con un grupo de bandoleros capitaneados por Pantaleón Fuentes, un oficial de EAC; el 20-12, de Santa María de lpire comunicaban a Zaraza que en Buenavista Graciera estaba Vicentte Arreaza y 8 más, alzados contra el gobierno y recogiendo bestias. El 9 de enero del 22 Hugo Fonseca Ríos escribía desde Carúpano informando que en diciembre apareció “un desbandado agrupamiento de bandoleros” encabezado por Ramón Morales, al que persiguió tenazmente obligándole a solicitar garantías. Y el 30-1 MS, T a JVG decía haber mandado desde Zaraza una comisión para perseguir a un pequeño grupo de bandoleros que merodeaba entre aquella población y El Chaparro (Estado Anzoátegui).
[43] MRP escribía a JVG desde San Fernando (15-2): recibió noticias de Elorza, EAC estaba llevando ganado a Bogotá para pagar pertrechos; el candidato liberal colombiano, Benjamín Herrera, era amigo del insurgente y le ayudaba en todo; se temía una nueva invasión en abril, pasadas las elecciones neogranadinas.
[44] Arévalo Cedeño dejó la citada autobiografía gracias a la que es conocido en medios académicos que nada saben de Marcial Azuaje, personaje querido, famoso y tenido por héroe popular entre los llaneros, quienes me han contado hechos de Cuello e Pana, pero no han memorizado una cronología que permitiría ubicar noticias puntuales en el AHM.
[45] Añadía haber detenido a Matías Moreno, Landelino Gil y José Villarreal: “todos se los he enviado al general Tovar, estos hombres viven del robo y del pillaje y son unos asesinos, el ultimo [...] es de los que tenía Julio Olivar cuando la negra traición de 61 en Guasdualito, y es un bandido en toda forma”.
[46] HFC en T a JVG, 4-4, sostenía una peculiar hipótesis: “las noticias alarmantes que frecuentemente surgen de esos lugares son creídas y fomentadas por autoridades colombianas que así provocan la emigración para aquel territorio de los venezolanos que habitan en jurisdicción de este Estado”. El mismo 4 JFI, en T a JVG desde Arauca (transmitido por El Amparo el 11) se lamentaba de lo poco que podía hacer en la frontera, “pues todos los esfuerzos que he puesto en práctica con estas autoridades para que de manera enérgica persigan y reduzcan a estos ladrones, no han dado ni darán ningún resultado satisfactorio, pues sólo se limitan a tratarme con muchas cortesías y muchos ofrecimientos de hacer lo que les indico, pero nada hacen; y a eso se debe la ida de Azuaje para Mata del Guanábano y la permanencia de los que han quedado aquí [...] la mayor parte de los comerciantes venezolanos en ésta son asilados y estos comercian con los ladrones de la sabana y para lo único que es enérgica la policía aquí, es para cuando alguno de los ladrones se acerca a ésta, lo apresan, le quitan el caballo, la silla, el revólver y lo largan para tranquilidad de nuestra frontera y garantía de los trabajadores que la habitan; lo práctico es lo que Usted ha hecho, tener fuerzas en ella y así los ladrones como se les dificulta el paso para allá, roban aquí, que es lo que están haciendo, y no los persiguen, ya por miedo o negligencia”.
[47] AHM, T, Antonio M. Delgado a JVG, Ciudad Bolívar, 12-4-22, retrasado por interrupción; las noticias las recibió del contador del Amparo.
[48] Se volvieron a desencadenar noticias y rumores. El mismo 22 Tovar Díaz, T a JVG desde Elorza (se retardó por interrupción y no se emitió, desde Guasdualito, sino el 24) matizaba que sólo un puñado de facciosos a caballo descendiendo hasta El Caribe, para recolectar bestias, y reunirse de inmediato en el campamento Caño Rosario con el grueso de los insurgentes dirigidos por Fermín Toro; decían esperar órdenes de CP y, una vez más, algo que tendría lugar en Caracas y San Fernando. Alguien de nombre ilegible T a JVG el 24 desde Nutrias: disponía de suficientes informes “para tener por cierta la nueva intentona que viene preparando con sus secuaces en la frontera colombiana el faccioso Arévalo Cedeño”.
[49] El 7-5 J. Carreño, T al secretario general desde Zaraza a Calabozo, con una peculiar descripción de los acontecimientos: “la actitud de Azuaje y los suyos en ésta no fue otra que la de una horda de bandoleros, como lo demuestran las violencias cometidas para obtener dinero, el destrozo completo de la oficina telegráfica, parte del archivo de la jefatura, juzgado y Concejo Municipal./ Pidieron al comercio 4.400 bolívares en dinero, fuera de lo tomado en mercancías [... Un espía le había dicho] que la posesión San Felipe del señor Salvador Ytriago Chacín, fue salvajemente saqueada./ Los retratos de los generales Gómez y Sarmiento que tenía yo en una casa de familia fueron [...] destrozados”.
[50] De nuevo rumores y temores. El 6, en T de Tucupido a Zaraza: R. A. Carreño recibió información de un alzamiento del comandante Ledezma en las cercanías y de que esta gente recogía bestias, sin saberse si eran gubernamentales o insurgentes. Bastante más tarde, el 22-5, MS, en T a JVG, comunicaba noticias recibidas también de Tucupido, el jefe civil alcanzó en Pirital de Tamanaco a un “pequeño grupo de bandoleros que merodeaban por ahí”, resultando Esteban Palma muerto y Cecilio Montoya detenido; seguían persiguiendo a Margarito Paraco y a Abad de Campos.
[51] El 23-5, MS, en T a JVG desde Calabozo, informó sobre “el bandolero Yrisma y sus compañeros” habían pasado al estado Apure por la isla de Apurito y el general Carvallo B. perseguía a Montiel, que andaba con 2 ó 3 más “que le quedaban después que se separó de Azuaje”.
[52] Sin embargo las autoridades insistían con sus informaciones capciosas: Marcos A. Moros T a G desde El Tigre el 4-6, “El faccioso Azuaje, quien por ser tan conocedor del terreno y tener tan buenos vaqueanos nos ha tirado rumbo, y nos había hecho perder la pista, pero tenemos informes ciertos que después de la derrota no ha podido reunir más de 80 a 100 hombres, todos muy desorganizados, llevando vía Atapirire, buscando bocas del Pao, para donde seguimos en su persecución”. Otro T del mismo, Santa Clara 7-6 (transmitido por El Chaparro el 9) ya decía que debido a que MA iba muy rápido “y por vías extraviadas”, no pudieron alcanzarle.
[53] Idea del éxito de los perseguidores de MA podría darla el T de J. Carreño E. a JVG, fechado en Zaraza, 27-7-22: “Acabo de regresar a ésta sin otro resultado que el que le comuniqué de Santa María ["no pude obtener ninguna noticia digna de crédito”, T del 21], en donde dispuse enviar persona de mucha confianza y de extensas relaciones en Atapirire, El Caris, Moquete y Limo, a situarse allí con la consigna privada de indagar el paradero del bandido Azuaje y comunicarlo inmediatamente./ Igual medida tomé hacia Mapire y El Tigre y dejé interesados con el mismo objeto a todos los propietarios de los lugares de mi recorrido, todos amigos”.
[54] En informe posterior (26-5-22) HFC daba más detalles: Arriaga habíase ofrecido a entregar el cuartel y el parque, tras detener y asesinarle, lo que realizaría durante el almuerzo que iban a ofrecerle en una quinta cercana a San Fernando. HFC pensaba que el plan tenía su centro en Caracas, de donde llegaron las armas. A la vez hubo revueltas en Guayabal dirigida por Julián Yrisma, en Achaguas, Apurito y Guasimal por los hermanos de Arriaga, quienes estaban esperando una fuerza insurgente procedente de Colombia. Añadía HFC, en T anterior del 19: “como Usted sabe que lo que tengo aquí es gente recluta, creo llegado el caso de que me envíe perentoriamente fuerzas, pues Usted está en conocimiento que hay aquí un parque que es su punto de vista”; añadía “la gente que carga Cuello de Pana es poca, y suficiente la que le persiguen”. El 31 de mayo MS, en T a JVG desde Calabozo, notificó que los bandoleros Yrisma y Dager, el turco, destrozaron la línea entre Guayabal y La Rubiera en el trayecto de una legua.
[55] Puede consultarse al respecto [Julio César Sánchez Olivo], Sangrienta Batalla en San Fernando de Apure el 20 de mayo de 1922, San Fernando, 1981, Publicaciones del cronista del estado Apure, 24.
[56] Esta no fue la única queja. El ganadero Ezequiel M. Briceño escribía a UM desde Bruzual, 31-5-22: “en confianza signifícole que los revolucionarios que invadieron últimamente son unos pobres diablos pero por negligencia o por poco interés de los que estaban en condiciones de acabarlos y capturarlos regresaron a sus guaridas, quedando en capacidad de invadir nuevamente”. Y el mismo día escribió a JVG insistiendo: “después del fracaso en San Fernando, la retirada se hubiera convertido en derrota [pero después] merodearon y se reorganizaron sin ser hostigados y pasaron por Apurito para Zamora en número de 200, más o menos, atacando la plaza de Nutrias el día 29 en la mañana en donde corrieron la misma suerte que en San Fernando sin ser tampoco perseguidos y sucediendo que muchos, han estado repasando el río Apure, armados, con rumbo a sus guaridas, habiendo ocurrido el caso inaudito de que cuatro de los que hacían de jefes –Marcos Casar Mora, Pedro José Fuentes, Andrés Miranda y Carmelo París– se vinieron juntos abandonando su gente que se dispersó./ Es de lamentar [...] que estos vagabundos hayan regresado armados a sus guaridas, para dentro de uno o dos meses volver nuevamente a consternar esta región y arruinar a los propietarios y amigos de Usted, entre los cuales figuro yo –y a mucha honra lo tengo”.
[57] IFC T a JVG el 8 en clave, comunicándole que interró nuevamente a Parra Pacheco tras hacerle saber que cayó CP y quedaría en evidencia si las confesiones no concordaban; de una confusa delación parecía desprenderse que no se habían entendido con Cuello e Pana y dio más datos de otros conspiradores, Alfredo Franco, RV, Julián Martínez y sobre otra intentona que pensaban para noviembre, así como alguna pista para encontrar el parque. Mientras algunos derrotados más se entregaban exigiendo garantías de JVG, Parra Pacheco en T desde Barinas, 2-8-22, se arrastraba ante el capador en cuanto supo que se lo llevaban para el centro, “Acaba notificarme alcaide que me prepare para salir mañana: y esta oportunidad General de apelar a sus reconocidos sentimientos humanitarios, a su generosidad mil veces demostrada, para implorar un acto de clemencia para mí que sabré agradecerle por mientras viva./ Viejo y enfermo como estoy, mi ingreso en el Castillo aceleraría el fin de mis días; y en estas circunstancias mi única esperanza es Usted General, y de Usted espero confiado el perdón, favoreciéndome con disponer que se me exima de salir de esta ciudad./ Mi gratitud para con Usted vivirá siempre en mi pecho”.
[58] “Como Usted bien sabe procuro por todos los medios que estén siempre a mi alcance, sumarle elementos cuando ellos puedan serle a Usted de verdadera utilidad, y habiendo observado la conducta que en la revolución ha tenido el mencionado general Fermín Toro, el cual se me presentó con sus compañeros José Antonio Perdomo, Meleán Rojas, R. Zalazar, Francisco Sambrano, Tiburcio y Francisco García, yo lo exijo a Usted me lo deje aquí respondiéndole por 61 y prometiéndole llevárselo donde Usted me indique, si lo creyere necesario, bien a su presencia o a un castillo”.