Educación e Historia
Retos del Pasado y del Presente
Lección magistral de
armando González Segovia a la III
promoción de licenciados en educación
mención geografía e historia de la UNELLEZ del Municipio
Páez, Acarigua, 21 de noviembre de 2009.
“Los conocimientos son armas que, por lo
regular, se sirve, contra la sociedad”
Simón
Rodríguez
I
Competencias de la
Educación
Tres son las promociones que han egresado de la “Aldea
Universitaria” de la UNELLEZ
del Municipio Páez (Acarigua), en estas hemos servido de tutores a cerca de
treinta trabajos especiales de grado, y asimismo he sido considerado para
Padrino de la II y
ustedes solicitaron que les dijera estas palabras a manera de Lección Magistral en momentos de cierre
de su carrera, compromiso que constituye y asumo como un grande honor, en
cuanto indica que han percibido fundamentos que pueden servir de guía a su vida
profesional como docentes en educación, mención geografía e historia.
Cuando don Simón Rodríguez afirma que “Los conocimientos
son armas que, por lo regular, se sirve, contra la sociedad”[1] refiere la importancia de
la educación en cuanto vía para mejoría de la humanidad, como parte de los
medios del estado para formar las y los ciudadanos que desea, muchas veces más
alienante que crítica. Y es que la educación es en esencia política en la
acepción más amplia del vocablo.
En la época colonial, la monarquía diseña una educación castradora,
iniciando las bases del saber domesticado, se comienza la Escuela del engaño, de la
mentira condicionada, bajo los intereses de la realeza y de la Iglesia como parte del
estado metropolitano español. Desde entonces, la educación ha sido usada para
disminuir, que no incentivar la capacidad de pensar. Bajo pretexto de religión,
la monarquía plantea una educación “para embaucar a los pueblos”. El Maestro
Simón Rodríguez afirmó que la república no debe seguir ese parámetro:
“En las Repúblicas
la Escuela debe ser
política también; pero sin pretextos ni disfraces
En la sana política no
entran mañas, tretas ni ardies.
La política, en las
Repúblicas, en punto a instrucción
es formar hombres para
la sociedad”[2]
Grandes educadores
tienen claro la función política de la educación. Paulo Freire, escribió “No existe un trabajador de la enseñanza, en
Brasil o en cualquier sociedad, como algo abstracto, universal. El trabajador
de la enseñanza, en cuanto tal, es un político, independientemente de si es, o
no, consciente de esto. De ahí que me parezca fundamental que todo trabajador
de la enseñanza, todo educador o educadora, tan rápidamente como sea posible,
asuma la naturaleza política de su práctica. Se defina políticamente. Haga su
opción y trate de ser coherente con ella”,[3]
y su obra toda conlleva la claridad de percepción en este tema, llega a titular
un texto como “Política y educación”,[4] donde presenta diversos
estudios sobre el tema de la educación en cuanto hecho político, lo cual es
diferente de partidista, aunque aquel implique éste.
La educación es
esencialmente acción política, entendida como la relación entre el Estado y los
ciudadanos, sin embargo es necesario estar alerta puesto que esto no implica
una posición de imposición hacia los estudiantes que difieran de su criterio y
de la opción que escoja el docente, quien debe respetar y tolerar a quienes
difieran de sus opiniones y se lo expongan, argumentando con juicios válidos
los presupuestos que crea. Porque la educación es la lectura política compartida
del mundo entre educadores y educandos, para hacer buenos ciudadanos.
Aquí voy a referir sintética y sencillamente, la relación
entre “educación e historia” como retos tanto del pasado como del presente. Se
presenta, entonces, el dilema que es primero ¿educación o historia? ¿son acaso
simultaneas? Desde el proceso de hominización se hace historia y para esto
existe un proceso educativo, ya que la educación abarca todo el desarrollo
formativo como humano. Esa es la diferencia entre educación, docencia y
didáctica. Mientras la docencia es el ejercicio de la enseñanza, a nivel
escolar, cualesquiera sea éste, y la última se refiere al proceso mismo de
enseñar.
De aquí están egresando con un título académico de Licenciados en Educación, mención geografía e historia, que señala
un camino nada fácil, ya que deben dominar tres ciencias que pueden estudiarse
toda la vida sin logar una terminar el proceso, a saber: educación, geografía e
historia.
Primeramente ustedes deben poseer competencias como
educadores, que se sintetizan en por lo menos nueve aspectos: 1) Enseñanza, 2)
Orientación, 3) Planificación, 4) Investigación, 5) Experimentación, 6)
Evaluación, 7) Dirección, 8) Supervisión y 9) Administración en el campo
educativo. Todas necesarias para ser un buen profesional.
En la enseñanza
es necesario desarrollar la capacidad de generar un diálogo de lectura
compartida del mundo entre educador y educando, la cual conlleva como afirmó
Paulo Freire: colaboración, unión, organización y síntesis cultural,[5] donde la palabra sea
respetada, donde la ética, en cuanto principio, guíe nuestras acciones. Para
ello, debe haber, por lo menos, un contenido que se enseña, a través de un
medio o conjunto de procedimientos, que son las estrategias.
La orientación
conlleva a la posibilidad de clarificar cual es el camino a seguir entre
diferentes opciones existentes, no es una imposición, sino presentar cuales son
las posibilidades y cual afecta o beneficia más, considerando que lo “bueno es
enemigo de lo mejor”. Para ello, es necesario que se sepa que es lo que se
quiere, porque sabiendo que se quiere, se conoce hacia donde se va, teniendo en
consideración de los medios también son importantes y que no se puede dar lo
que no se posee; esto es si fui un estudiante que se copia, que mandaba a hacer
los trabajos, que pagaba por ello ¿cómo puede llegar a un salón o escuela a
enseñar algo que no sea la trampa tomar el camino fácil para llegar más rápido?
El planificar,
comporta el acto de estudiar el que y cómo se enseña, de forma organizada y
metódica, para lograr los fines educativos propuestos. No existe un buen
docente que sea mal planificador, aunque puede –y debe– dominar la
improvisación para cubrir aspectos inesperados, en la medida de lo posible debe
tener en cuenta las diversas posibilidades a presentarse.
Recuerdo una vez que, por ejemplo, atendía una invitación a
una clase de maestría de historia, preparé todo el material, los textos a
utilizar y las diapositiva en powerpoint, y cuando llegué al lugar el video
bean estaba dañado, no había otro a la mano, el estar preparado me permitió dar
la clase, improvisando el material en la pizarra. Existía la planificación y la
prevención de una contingencia.
Investigar
es la columna vertebral de la enseñanza, no se puede enseñar lo desconocido,
mandar un trabajo de investigación conlleva que antes el educador investiga el
tema, lo domina y lo comparte en sus líneas esenciales, para ello se debe estar
al día en la bibliografía existente, tanto antigua como reciente, este es una
actividad que en todo educador debe ser permanente. Aprender a crear y recrear
los conocimientos, avanzar hacia las nuevas perspectivas, inquietudes, para
incentivarlas en los educandos.
Aprender a preguntar y preguntarse, a cuestionarse
constantemente para avanzar en el conocimiento, constituye la experimentación, para incentivar la
búsqueda de nuevas respuestas a diversos planteamientos, viejos o nuevos, cuyos
problemas nos aquejan, y no es solamente pensar sino ejecutar lo pensado, es el
experimento lo que permitirá avanzar: Reflexionen y practiquen nuevas formas:
Inventen para no errar, atendiendo las palabras de Simón Rodríguez.[6]
La evaluación, es
la ponderación de cómo avanza el proceso educativo entre la situación inicial y
la finalidad propuesta, trasciende la calificación, aunque ésta es parte de
aquella, más importante constituye saber cuales son los logros y que falta para
alcanzar las metas propuestas en el hecho educativo. Evaluar no es solamente
colocar una nota, esto es calificar, evaluar es medir como va el proceso y
percibir cual es la calidad del producto al terminar el curso.
Dirección,
significa guiar por el camino correcto a fin de llegar a la meta propuesta, en
este sentido el educador debe tener competencias como director, en cuanto es
capaz de hacer un fuerte reclamo, en cuanto constata que algo no va en buena
vía, y hace que ésta se retome acertadamente, pero también es capaz de entregar
amistad sincera. Este equilibrio, entre firmeza y bondad, permite encontrar el
camino que se quiere, con los instrumentos legales y administrativos que tenga
a la disposición.
La supervisión,
entendida como capacidad de tener una visión superior, de mirar más allá de lo
evidente, permite poder percibir problemas específicos, ya sea de estudiantes o
de grupos de ellos y poder solventarlo a tiempo. A estas alturas creo
firmemente que al percibir un problema, no debe dejarse que transcurra mucho
tiempo sin solucionarlo ya que solamente lo que se hace es agrandarlo. Y lo
aprendí de la manera quizás más dolorosa y triste, tanto para mí como para los
estudiantes a quienes no afronté el problema, aun habiéndolo determinado, al
final el problema no se solventó y se perdió un tiempo precioso.
Administrar el campo
educativo, es un ejercicio difícil en cuanto
generalmente son pocos los recursos y su aprovechamiento debe ser al máximo,
implica la búsqueda de recursos entre los mismos educandos, sus representantes
y la comunidad, de manera que los aportes del estado puedan aprovecharse al
máximo, en una educación de calidad.
Por supuesto, aquí se mencionan competencias, no entrando a
reflexionar sobre valores que son tan importantes como éstos, abordados
seguidamente en reflexiones sobre la relación educación en historia, intentando
afrontar el problema de la historia en cuanto hecho educativo para una sociedad
mejor, más justa e igualitaria.
II
Educación y la Historia Militante y Disidente
“Quienes nos dedicamos a la enseñanza, y en
especial a las ciencias sociales, tenemos en ello un función esencial. Por
desconcertados que nos sintamos, sabemos que nuestra obligación es ayudar a que
se mantenga viva la capacidad de nuestras generaciones para razonar, preguntar
y criticar, mientras que, entre todos, reconstruimos los programas para una
nueva esperanza…”
Josep Fontana
La
geografía, aunque no me es del todo desconocida, la obviaré a efectos de estas
notas, para retomar los planteamientos de la historia, definida en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua, en diez
acepciones: 1)
Narración y exposición de los acontecimientos pasados; 2) Disciplina que
estudia y narra estos sucesos; 3) Obra histórica compuesta por un escritor; 4)
Conjunto de los sucesos o hechos políticos, sociales, económicos, culturales,
etc., de un pueblo o de una nación; 5) Conjunto de los acontecimientos
ocurridos a alguien a lo largo de su vida o en un período de ella; 6) Relación
de cualquier aventura o suceso; 7) Narración inventada; 8) Mentira o pretexto;
9) coloq. Cuento, chisme, enredo. U. m. en pl.; 10) Pint.
Cuadro o tapiz que representa un caso histórico o fabuloso. No creo necesario
profundizar sobre éstas por lo elementales y básicas, pero sí sobre las
siguientes categorías: 1) como hecho ocurrido o suceso pasado;
2) como historiografía o escrito sobre ese pasado, 3) Ciencia que estudia
teórica y metodológicamente elaborado a fin de comprender el pasado y sobre
todo interesa comprenderla como cátedra de enseñanza (4).
Asumir
la construcción de una historia diferente, basado en los principios de la Historia Militante
y Disidente implica, asimismo, abordar nuevos parámetros de educación, ya
que éste es el medio por el cual se forma la conciencia histórica crítica o
repetitiva, alienante. Al igual que en la historia no existe educación neutra,
distante de la sociedad donde se concibe, lo que constituye una predisposición
política para el sostenimiento del Estado y la formación de la conciencia que
le es inherente. El problema se formula en los siguientes términos ¿Cómo
abordar el proyecto del futuro socialista del siglo XXI en una visión de la historia?
¿Debe asumirse la misma concepción de progreso, esgrimida por el capitalismo a
través del positivismo?
El
sistema educativo es la vía del Estado para establecer los valores sociales de
la nacionalidad, la conciencia histórica y los principios de la cultura, los
cuales componen la psicología colectiva. Es a través de la educación que se
concretan en el inconciente colectivo.
De
allí que el trabajo del educador sea tan importante como el “historiador
profesional”, “desde el radio de acción social de la historia, resulta más
importante los profesores de educación primaria y secundaria que los
investigadores profesionales”,[7] si se toma esta cátedra
para formar inteligencias, porque el uso público de la historia comienza con la
educación, recibida a través de unos códigos determinados:
“fruto de una larga
labor de colonización intelectual desde el poder, que es quien ha decidido cual
es nuestro pasado, porque necesita
con ello que compartamos su
definición de identidad del grupo del que formamos parte, y que no tiene
inconveniente en controlar y censurar los textos y los programas cuando le
conviene. Porque la historia es demasiado importante para dejarlo sin
vigilancia”.[8]
De
esta forma se percibe como quien controla
el presente, construye unos valores del pasado, para hacer un futuro a su
medida siendo fundamental en este proceso el discurso histórico y la educación
que lo hace conciencia colectiva. Constituye la historia una peligrosa
arma, ya sea para justificar o no las sociedades existentes, para develar o no
las diversas formas de opresión y sometimiento a las mayorías. Por supuesto
quien aporta los recursos económicos de la investigación condiciona el producto
a una determinada tendencia.
La
educación es la forma de divulgar los conocimientos elaborados en determinada
orientación, cuando se trabaja en función de hacer conciencia crítica, la
historia se convierte en memoria pública, en conciencia colectiva. Así ha
servido para justificar el racismo, la xenofobia, a diversos grupos étnicos,
como: negros, indígenas, asiáticos o judíos, entre otros, a nombre de la
seguridad y defensa de la patria. La función del historiador, en cuanto ser
crítico es desmentir las falsas promesas liberales, neoliberales, los discursos
globalizadores de hoy, así como los positivistas esgrimía el desarrollo y el
progreso como recetas para superar la pobreza.
Para
esto se debe cambiar los contenidos, así como las formas de enseñar, hasta
llegar a ejercitar algo más que la memorización, hasta llegar el esfuerzo por
comprender los mecanismos como se articulan los diversos factores, las
relaciones existentes, más allá de la dinámica causa-efecto, percibida
mecánicamente, que se ha trillado tradicionalmente y alejándose de la propuesta
cronológica y anecdótica aislada. Asimismo debe buscarse las relaciones del
presente con el pasado del proceso estudiado, para que en esta dialéctica
pasado-presente y viceversa, se perciba aquello que Bloch[9] refería como unir el
estudio de los vivos con el de los muertos, pudiéndose recurrir al método retrospectivo
y a la comparación; esto es partiendo del presente hasta el pasado, para
generar en los estudiantes la capacidad de razonar, preguntar y criticar.
Recuerda
el maestro Paulo Freire que “la lectura
del mundo precede a la lectura de la palabra”,[10] es por ello que educador
y educando al percibir críticamente lo actual, aquellos aportes positivos, así
como lo negativo y más aun lo que se trata de ocultar bajo formas sublimes de
imposición, puede asumir una lectura crítica de la palabra más allá de lo que
el estado nacional quiere imponerle. La lectura de la historia no puede
prescindir de la lectura del mundo que se tenga y de la lectura de las
prescripciones pasadas, por eso encontramos en el texto los elementos que
vinculan la creación con el conocimiento previo que poseemos de lo leído.
Comprender el texto implica aprehender y sistematizar el con-texto.
Don
Simón Rodríguez afirmaba que era necesario “Enseñar los niños a ser preguntones para que, pidiendo el Por
que, de lo que se les mande a
hacer, se acostumbren a obedecer... a la razón!
no a la autoridad, como los limitados ni a la costumbre,
como los estúpidos”,[11] es decir la epistemología
de la pregunta, para que se pueda avanzar hacia otros niveles con base clara,
lo cual implica asimismo la investigación que permita la concreción de nuevas
bases, tanto teóricas como metodológicas, diversificando las fuentes y
abracando la mayor cantidad posible: bibliográficas, hemerográficas,
iconográficas, cartográficas, documentales (publicadas e inéditas), arqueológicas,
arquitectónicas culturales, electrónicas, entre otras, pero buscando la
percepción de totalidad, más allá de cualquier visión fragmentaria, unicausal,
unilineal o unidireccional.
Esta
actitud ante la crítica, en cuanto arma necesaria para una sociedad más justa,
debe promoverse en la escuela, de manera que los niños desarrollen esta
cualidad, para ello aconseja la epistemología de la pregunta, donde lo
fundamental es el por qué de las cosas, para que obedezcan a la razón, siendo
todavía una vigente y lapidaria afirmación.
Los
seres humanos al poseer intereses comunes se asocian, conviven en condiciones
determinadas, estableciendo elementos que integran la cultura popular
tradicional que, según la
UNESCO es “El conjunto
de creaciones que emanan de una comunidad cultural, fundadas en la tradición,
expresada por un grupo o individuos y que reconocidamente responden a las
expectativas de la comunidad en cuanto a la expresión de su identidad cultural
y social; las normas y valores se trasmiten oralmente, por imitación o de otras
maneras. Sus formas comprenden, entre otras, la lengua, la literatura, la
danza, los juegos, la mitología, los rituales, las costumbres, la artesanía, la
arquitectura y otras artes”.[12]
Muchos
de estos valores culturales, de esa la forma particular como cada sociedad se
relaciona entre sí y con la naturaleza, ese ambiente donde se conjugan las
necesidades materiales y espirituales de los seres humanos que abarca tanto lo
material, la técnica, la moral y lo espiritual; correspondiéndole a cada
sociedad una forma de vida única e irrepetible en un espacio y un tiempo
determinado (su cultura).
Partir
de ese espacio concreto, de la sociedad y la cultura propia, es abocarse a lo
que Lev Semiónovich Vigotski[13] denominó como “Zona de desarrollo próximo”, definida
como esa región que está más cerca de conocimiento del estudiante, esa que le
es común y en la cual tiene más potencialidad de aprender, hasta convertirla en
aprehendizaje; debiéndose tomar en consideración que, para Vigotski[14], la psicología del
individuo es un producto social, es decir parte de las condiciones históricas,
sociales y culturales más que por el fenómeno puramente biológico, como esbozó
Jean Piaget, planteamiento que la UNESCO[15] acepta, considerando que
el proceso histórico han interactuado diversos componentes, para la
conformación de la sicológica y sociológica de los individuos, es decir tanto
lo biológico como lo social y cultural.
La
zona de desarrollo próximo permite la formación de una mente diferente, si es
asumido otro de los planteamientos teóricos de Vigotski, respecto a la construcción socio histórica de la mente.[16] Afirmaba que la
psicología individual era producto del desarrollo de las fuerzas productivas,
manifestada en la conciencia social e histórica que sustentaba determinadas
manifestaciones culturales, donde las adaptaciones realizadas por las personas
no se ajustan a los principios seguidos por los animales, porque están
determinadas en un contexto social. Los niños y niñas asimilan tanto la
experiencia social como las formas y procedimientos culturales, es un sujeto
contextualizado y no un individuo epistémico, universal, donde el ser humano es
sujeto de lo cultural. Vigotski plantea la existencia de una edad cultural,
junto a las edades fisiológicas e intelectuales, supone el autor que en ese
proceso está la base del niño y del perfeccionamiento cultural de sus
funciones.[17]
La enseñanza de la memoria historia, así entendida, es esencial para el
mantenimiento del estado y del poder o para subvertirlo.
De este
manera, se parte de la curiosidad ingenua que se tiene de la realidad hasta
convertirla en curiosidad epistémica, es decir, consciente, buscando sentido y
conocimiento, en permanentemente crítica cuestionadora: “En verdad, la curiosidad ingenua que, desarmada, está disociada del sentido
común, es la misma curiosidad que, al hacerse crítica, al aproximarse de forma
cada vez más metódicamente rigurosa al objeto cognoscible, se hace
epistemológica. Cambia de cualidad, no de esencia”.[18] La primera asociada a la
experiencia –crítica ingenua–, generalmente no es sistematizada, vinculada a la
visión popular, al conformismo, a la admiración del mundo, se transforma en un
elemento de cambio constante de las comunidades con la segunda –crítica
epistémica–, del Estado y de los valores esenciales que sustenta.
La crítica
es un principio ético. Todos tenemos el derecho
de criticar. Pero asimismo tenemos el deber de no mentir al criticar. Y creo
que la crítica es en sí misma, sin
adjetivos calificativos de constructiva
o destructiva. La calificación de la crítica
como constructiva o destructiva es potestad de quien la recibe no de quien la
hace. La crítica constructiva o
destructiva,
no existe para quien la realiza. Lo que si existe es la crítica mal o bien
intencionada. Pero, de una crítica hecha con sarcasmo, ironía o mala intención,
se puede hacer un instrumento de bien y de crecimiento, si quien la recibe la
asume como elemento de evaluación de las acciones para su mejoría. Entonces
debemos criticar todo dogmatismo ¡sin hacer de la crítica un dogma![19]
La lectura
de la realidad debe asumirse con integridad,
y partiendo de la lectura del mundo a la lectura de la palabra, como
condicionamiento del entendimiento de lo leído por el mundo interior de cada
ser humano, que la sabiduría popular refiere como “cada cabeza es un mundo”,
desde cuyo –suyo– mundo lee y se comprende, a su vez, a su vez la lectura de la
palabra condiciona la lectura del mundo que tenemos; re-crea la visión de ese
mundo que tenemos en nuestra cabeza, lo enriquece, donde lenguaje y realidad se
vinculan y condicionan mutuamente. Comprender un texto implica la comprensión y
el enriquecimiento de nuestro mundo, cambiando las percepciones e
interpretaciones que tenemos de él. De allí que el acto de leer y estudiar es
una actitud frente al mundo que rompe las barreras de la relación libro-lector.
Este
acto, a su vez, implica la relación de los autores de los textos con el mundo y
de su realidad concreta, donde, según Paulo Freire “Estudiar es también y sobre todo pensar la práctica, y pensar la
práctica es la mejor manera de pensar correctamente”, porque “la lectura del mundo precede a la lectura de
la palabra, pero a su vez la lectura de la palabra enriquece y cambia la
lectura del mundo que se tiene”,[20] de allí que una primera
fase parte de la posibilidad que, a partir de los recursos con que se cuenta,
con las potencialidades, limitaciones, oportunidades y las fortalezas pueda
llegarse a una propuesta donde cada familia pueda leer su comunidad
enriqueciendo esta visón con la lectura del mundo que brindan los libros.
El estudio de la historia debe, en consecuencia, trascender
la lectura de libros, abrazar la comprensión como transición a la
transformación transustanciación de lo vivido a nuevo niveles ontológicos, más
allá de la compresión por sí misma, donde la lectura compartida de la realidad
trascienda los espacios de la academia hasta las comunidades y pueda
convertirse en vehiculo de liberación de los seres humanos; que sea capaz de
enriquecerse con las vivencias, concepciones que brinda la realidad misma para
releer la teoría desde la práctica, y que a su vez sea enriquecida con teoría.
La historia exige una nueva ética sobre la base de una praxis comprendida desde
una teoría que permita trascender tanto una como la otra, como una forma de
búsqueda de la vocación ontológica del ser: ser
cada día más humano, alcanzando metas superiores cada oportunidad, cada día.
Estimados amigos y amigas, ustedes no están terminando una carrera universitaria, debo alertarlos que en
estos momentos están iniciando la carrera y le queda un trecho enorme por
crecer, por enriquecerse y, sobre todo, por estudiar, un buen educador es ante
todo un estudiante permanente que asume su compromiso personal y social con
entereza, perseverancia y sobre todo con mucha ética de lo colectivo.
Muchas gracias por la invitación y espero que estas notas
les sean útiles a lo largo de la carrera que inician. De ustedes son los retos de la historia y la educación pasada y
presente…
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integración de América Latina. Volumen II: marco teórico. São Paulo,
Brasil, 20 Edición, agosto de 1998.
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Nicos. Poder Político y Clases Sociales
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Visor, 2002, 5 tomos.
__________. “El Proceso de
Formación de la Psicología Marxista”,
“Psicología del arte”; “El método instrumental en psicología”; “Historia y desarrollo de las funciones
psíquicas superiores”; “Acerca de los
sistemas psicológicos”; “Pensamiento
y palabra”; “El problema de la
enseñanza y el desarrollo mental en la edad escolar”; “La psicología y la teoría de la localización de las funciones psíquicas”,
en: El proceso de formación de la
psicología marxista: L. Vigostki, A. Leontiev. A. Luria. Moscú, Editorial
Progreso, 1989.
WRIGHT
MILLS, Charles. Los Marxistas.
México, Edic. ERA, 1964.
[2] IBID., T. I., p. 235, 236.
[5] Pedagogía
del oprimido. México, 1980.
[6] “La América española es orijnal= orijinales han de ser sus instituciones
y gobierno = i orijinales los
medios de fundar el uno i otro O inventamos o erramos”, Op.Cit., T. I.,
p. 343.
[8] IBID.,
p. 45.
[10] Paulo Freire. La importancia del acto de leer. México, 1999.
[12] UNESCO, en la Conferencia de París,
el 17 de octubre de 1989.
[13] Vigotski nació en Orsa el 17 de
noviembre de 1896 y murió en Moscú el 11 de junio de 1934, antes de cumplir 38
años de tisis. Sus aportes los realizó en menos de 10 años de investigación.
[14] Véase: “Psicología del arte”; “El
método instrumental en psicología”; “Historia
y desarrollo de las funciones psíquicas superiores”; “Acerca de los sistemas psicológicos”; “Pensamiento y palabra”; “El
problema de la enseñanza y el desarrollo mental en la edad escolar”; “La psicología y la teoría de la localización
de las funciones psíquicas”, en: El
proceso de formación de la psicología marxista: L. Vigostki, A. Leontiev. A.
Luria. Moscú, 1989.
[15] “Sin embargo, las actitudes adversas que hoy puedan existir son el
resultado de un proceso histórico en el cual han interactuado diversos
componentes, gran parte de los cuales no será posible cambiar en el corto
plazo. Las mismas razones que justifican la inseparabilidad entre integración y
desarrollo son las que condicionan a la posibilidad de modificar las actitudes
mencionadas”, Parlamento
Latinoamericano (PARLATINO)-Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Plan de educación para el desarrollo y la
integración de América Latina. Volumen II: marco teórico. São Paulo, Brasil, 20 Edición, agosto
de 1998.
[16] Propuestas de la construcción
sociohistórica de la mente de Lev Semiónovich Vigotski respecto al desarrollo
psicológico determinado por las condiciones históricas, sociales y culturales más
que por el fenómeno puramente biológico, será estudiada más adelante. Vigotski,
Lev S. El Proceso de Formación de la Psicología Marxista…
Op. Cit., 1989; también se publicó: Vigtoski, Liev Semionovich. Obras escogidas. Barcelona, Editorial
Visor, 2002, 5 tomos. Hicimos una aproximación al tema en: Armando González
Segovia “Postmodernidad y otros conceptos
en la enseñanza de la ciencia de la historia”, en: Memorias del VIII
Simposio Internacional de Historia de los Llanos Colombo-Venezolanos.
Villavicencio, Colombia, 2003, pp. 147-160.
[17] “El
arraigo de un niño normal en la civilización representa, por lo común, un
proceso de maduración orgánica. Ambos planos del desarrollo ¾el natural y el
cultural¾ coinciden y se
fusionan. Ambas series de cambios se penetran mutuamente y forman, en esencia,
una serie unitaria en la formación sociobiológica de la personalidad del niño.
Por cuanto el desarrollo orgánico se realiza en un medio cultural, en esa
medida se convierte en un proceso biológico históricamente condicionado. Al
propio tiempo, el desarrollo cultural adquiere un carácter completamente
peculiar e incomparable por cuanto se realiza simultánea y fusionadamente con
la maduración biológica, ya que su portador es el organismo del niño en
crecimiento, en cambio, en maduración”, Vigotski, 1989, Ob. Cit., p. 80.
[19] Armando González Segovia. Ética educativa
en tiempos revolución. Ponencia presentada
en el Foro “Ética en la Formación del Ciudadano
de la Nueva República”,
organizado por la Zona
Educativa del Estado Cojedes en 27 de enero de 2007, en el
marco de la celebración del Día del maestro. Publicada en: Heurística revista digital de historia de la educación, Nº 8, 2007,
pp. 45-55.
[20] Paulo Freire. La importancia del acto de leer. México, 1999, pp. 47-53 y 94-107,
donde se encuentran dos excelentes ensayos, uno que le da título al libro y
otro denominado “Consideraciones en torno
al acto de estudiar”.
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